Me ha cambiado el olor corporal. Si, es diferente al del año pasado, es mas diría al de hace unos meses. Ahora huelo bien. Me refiero al olor del sobaquillo, hasta hace nada tan desagradable ahora no me molesta, incluso me agrada. Yo diría que es un olor como a sándalo, si supiera como huele el sándalo.
Se podrá alegar que me he acostumbrado, pero no, es un olor diferente. Los pies me siguen oliendo igual de mal que siempre, aunque al llevar sandalias apenas se nota.
No creáis que estoy contento con este cambio de olores, no. Precisamente ayer vi un reportaje sobre perros que huelen canceres. Espero no tener un cancer, pero algo ha cambiado en mi metabolismo. Y cuando uno se hace viejo, los cambios no pueden ser mas que a peor.
Aun así no me imagino yendo a mi médico, a la doctora Torres, y explicarle que estoy preocupado por que huelo bien. De momento ahorremos en desodorante y colonias, que ya llegará el tiempo de la podredumbre.
Beso a usted sus pies, mi muy higiénico prócer.
ResponderEliminarTienes cada cosa... El sándalo huele bien, a mí me gusta, pero es fuerte para gustos no acostumbrados.
ResponderEliminarLlegaron mis tíos a casa, tenía quemándose una varita de sándalo, y mi tió empezó a protestar, que si eso era droga o qué, ¡juas juas! Le dije que sólo perfumaba el ambiente, pero tuve que apagarla o le daba un arrechucho.
No sé cómo explícartelo. Es incienso. ¿Recuerdas si de niño ibas a la iglesia? ¿Recuerdas aquel olor penetrante y dulzón al mismo tiempo?
Tengo un quemador de esencias. La que más me gusta es el agua de rocas, fresca y fragante, pero ya no la encuentro por ninguna parte hace años y tuve que contentarme con las de clavel, pino...
No te asustes, que tú eres un hipocondriaco de mucho cuidado, je je je...