Ese hijo de perra esta prostituyendo a nuestros hijos. Quizás no sea culpa de él, también víctima de la utilización que las empresas del sector infantil hacen de su figura. Me parece que las iglesias debería de decir algo al respecto, estamos ante el pederastra (consumisticamente hablando) mas grande de la historia de la humanidad.
Detrás de los simpáticos anuncios para niños hay una caterva de gente hosca y despiadada cuya única intención es robar la inocencia de los niños y las carteras de los padres. Ciertamente no son diferentes de los publicistas que atacan con malas artes (auténtica psicología de guerra) a los adultos. Pero precisamente no se debería de permitir la utilización de los niños para venderles sus mierdas.
El asunto es tan escandaloso que la publicidad infantil está ciertamente regulada. ¿Pero lo está suficientemente? Claramente no. Proliferan los anuncios con y para los niños, bien en anuncios en forma de spots como en el merchadaising asociado a series y películas. Y ¡oh! horror libros como Harry Potter y otros engendros.
Se supone que en una cultura de libertad como es la occidental no se debería de prohibir todo esto, máxime cuando en regímenes totalitarios la manipulación de las mentes infantiles va por otro lado, sea comunista o islámica. Pues el efecto es el mismo, crear esclavos del sistema, en este caso el consumista. Y lo que es peor generalmente gente frustrada porque como ya sabemos muchos de esos objetos materiales no están al alcance de todo el mundo.
Recuerdo un pasaje de la novela Contrapunto, no se si era de Huxley o Lawrence, en él se relata como la institutriz de unos niños ricos está a punto de ser despedida por enseñar a sus alumnos historia natural con unas laminas de animales de menor calidad o gusto artistico que el de la dueña de la casa. Aquellos victorianos cuidaban la calidad y excelencia de la enseñanza de sus vástagos. Ahora es al revés, se les embrutece al máximo no vaya a ser que les de por pensar.
Los niños siempre son víctimas fáciles, pero la verdad es que usan sus artimañas con todos los consumidores y durante todo el año.
ResponderEliminarSus comentarios sobre el Papa Noel o Santa Claus me han devuelto a la memoria lo que leí acerca del personaje y la Coca Cola en un libro muy interesante: "La historia del mundo en seis tragos", un libro que se publicó hará un par de años o tres.
ResponderEliminarLa Coca Cola se vio en un brete al ser llevada a los tribunales por un sujeto puritano pero de mucha influencia en la época. Una de las cosas que se cuestionaban es si la cocaina formaba parte de la fórmula "misteriosa" de la Coca Cola o le era añadida al producto a posteriori. El juicio se prolongo mucho tiempo hasta que ambas partes decidieron llegar a acuerdos y terminar con la broma. Uno de los acuerdos fue que la Coca Cola se abstenía de utilizar niños en sus publicidades. La empresa cumplió rigurosamente con esta imposición hasta determinado año de la decada de los ochenta, no recuerdo ahora qué año. Pero los astutos mercaderes de "la chispa de la vida" se las ingeniaron desde un principio para que siguiese llegando el refresco a los niños, y su estrategia principal fue hacer carteles publicitarios en los que se veía al Papa Noel (¡el gran amigo de los niños!) bebiendo la ya popular "pocima". Ahora ya no se veía a los niños bebiendo cocacolas, ahora las bebía Santa Claus y eso era contagioso para la gente menuda, lo que se pretendía.
Sin embargo he de resaltar algo que también se comenta en este libro: El Santa Claus que presenta la Coca Cola no es un invento de la marca, ya estaba inventado, lo tenían, ya con las características actuales, varios tenderos de Atlanta. Coca Cola sólo hizo copiar el modelo, quizá hacerlo un poco más bonachón, sonrosadote y gordinflón. Y el ejemplo de la Coca Cola ha cundido tanto que son ahora todos los grandes y pequeños tenderos los que utitilizan al ficticio santo, o al ancestral San Nicolas "modificado", la mayoría de las veces utilizando a parados o actores parados. Y el gorro de Papa Noel se ve hasta en las cabezas de los mendigos. ¡Patético!
Buenos días fresquitos, Don Jesús.
Entiendo tu razonamiento, pero piensa que estamos en la sociedad de consumo, que por un lado, produce bienes cada vez más insólitos y por otro, genera mucho trabajo y riqueza.
ResponderEliminarSi los niños sólo jugasen con muñecas de trapo o espadas de madera y cuatro cosas más, que era lo que había hace cincuenta años, docenas de fábricas de juguetes quebrarían y se perderían muchos empleos.
La sociedad de consumo consiste en que cada vez haya más gente que tenga acceso al consumo de más bienes o como decía Henry Ford, que la tecnología esté al alcance de todos.
Lo que hay que acabar es con el despilfarro que produce la corrupción política.