El origen del mal

Me ha sorprendido descubrir que en contra de lo que pensaba el origen del mal no esta en la falta de neuronas-espejo, de falta de empatía, esto es, la capacidad de ponernos en el lugar y sentimientos de otras personas.
¡Es todo lo contrario!
Los sicópatas suelen tener una gran empatía con respecto a su víctimas, saben mejor que nadie que es lo que piensan y sufren, es precisamente por eso que disfrutan haciéndolas sufrir o aprovechándose de ellas. Lo que los distingue es que no les importa hacer el mal, e incluso suelen ser personas mas inteligentes de lo normal, utilizando su inteligencia para justificarse ante ellos mismos con las mas retorcidas elucubraciones mentales.
Lo que parece un defecto, a los ojos de cualquier persona, darwinianamente, o sea para la naturaleza, la cualidad de sicópata es una ventaja, no solo por ser mas inteligente sino que al tener una mayor empatía y aprovecharse de ella para manipular y prevalecer sobre sus rivales y engañar a sus parejas sexuales tienen mas provabilidades de fecundación y transmisión de sus genes.
La empatía por si misma no es beneficiosa para la humanidad, lo que nos hace mejores o peores es el sentimiento de culpa, la conciencia del pecado que dicen las religiones. Sin embargo la psicología moderna lucha contra ese sentimiento, que desde luego puede hacerse obsesivo y patológico, pero que nos es imprescindible para nuestra condición de personas civilizadas.
Así vemos que la sociedad de mierda que estamos construyendo tiene ese sencillo origen, a fuerza de combatir la religión como una superstición y el pecado como una opresión y un lavado de cerebro hemos estado educando una juventud de sinvergüenzas sin ninguna clase de moral ni freno.
Desde luego las religiones se pasan un poco, sobre todo en moral sexual, pero como no inculcamos algún tipo de conciencia moral en los niños, mal iremos porque por naturaleza el hombre nace malo.