domingo, 30 de agosto de 2015

8º jornada. de Monzón a Selgua

Jueves, 13 de agosto.
Los 13 están gafados, y este no podría ser menos. Para este día habiamos previsto, una visita turistica en Monzón y un breve paseo por la tarde hasta Selgua, donde un hostal nos esperaba para reponer fuerzas para etapas posteriores.
Me despierto a las 3. Pero consigo volver a dormirme hasta las 7. Al poco se despierta Bea y bajamos al bar del hostal a desayunar. Tenemos la habitación hasta las 12, así que salimos de compras dejando las mochilas en la misma. Necesito urgentemente calzoncillos nuevos, tipo boxer. Nadie me dijo que llevar slips de excursión es predisponerse a la tragedia a causa de las rozaduras. Ahora nada de baraturas, 3 calzoncillos 24 euros. Estaban de oferta, los había a 24 euros cada uno. También compro aloe vera, para las rozaduras y los pies. Intento comprar un antibiótico para la garganta, pero ya no los venden sin receta. Bea compra unas gafas de leer de cerca. Mas el agua y las provisiones para esta tarde.
Volvemos a la pensión a montar la mochila que nos guardarán abajo mientras visitamos Monzón.
Vamos al ayuntamiento, a la oficina de turismo, para recojer un mapa de los sitios interesante y de paso preguntar por el albergue. Pues resulta insolito que una ciudad como Monzón no disponga de uno, estando donde está y teniendo su famoso castillo que la convierte en una atracción túristica de primer orden. En turismo no hay nadie, pero una chica del ayuntamiento nos remite al castillo donde tiene toda clase de información.
La subida es empinada, pero a estas alturas, estamos curtidos. En la entrada preguntamos si hay descuentos para peregrinos, nasty de plactic, pero nos ponen un sello en las credenciales con el simbolo templario que mola un montón. Dos caballeros en el mismo caballo. El castillo está muy bien conservado, acaso la exposición es muy somera, pero para una visita rápida no se puede pedir mas.
Yo pondría algunos figurantes disfrazados de templarios y que hicieran de guias. Para profundizar en el mundo templario ya hay biblitocas enteras.
Monzón es uno de los enclaves historicos mas importantes de España y quizás de occidente. Allí se forjó el malogrado imperio catalán, el que iba ser el renacimiento de Imperio Romano y la cultura clasica y ha acabado en las miserias de Artur Mas  y las rapiñas de Jordi Pujol.
Deambulamos por la ciudad hasta la hora de comer. La iglesia, que es la otra joya arquitectonica de Monzón, está cerrada. Como siempre.


Y volvemos al hosta a comer. Pagamos, recojemos las mochilas y vamos en busca de un parque donde dormir un poco mientras pasan los calores del mediodia.
Paramos en el cesped del parque Labordeta, Bea se echa una buena siesta, pero yo no puedo estar tranquilo, el parque esta lleno de unos pequeños bichitos, que si bien no pican, son muy molestos.
Sobre las 5 y media de la tarde nos ponemos en marcha hacia Selgua, poco mas de 7 kilometros.
La salida de Monzón es penosa, por la carretea nacional 240, y encima hay que cruzar un largo, alto y precario puente sobre el rio Cinca. Que asusta mucho a Bea, pues padece de vertigo. Despues todo transcurre por parajes singulares. Hay una zona de pinos, donde intentamos parar pero una plaga de mosquitos se nos echa encima. Despues cruzamos una zona industrial ¿me pregunto que fabricaran ahí? y por último un camino rural llano y sin piedras entre olivos y torres de alta tensión sin cables, pero cuajadas de nidos de cigüeñas. Seguramente por eso no las han retirado.
Al llegar a Selgua, sorpresa, están de fiestas, y como es natural el hostal está lleno y reservado. Los nativos de Selgua aprovechan las fiestas para volver al pueblo. Sin saber que hacer, decidimos parar de todo modos en Selgua y aprovechar la recomendación de un paisano de dormir debajo de los soportales del ayuntamiento.
Así que establecemos nuestro cuartel general en el bar del centro social, donde nos comemos sendos bocadillos. En este bar hay ordenadores con internet gratis, desde donde consigo enviar un mensaje al Facebook, aunque no fotografias, pues no tiene ranura para tarjetas SD. Justo esa noche la cámara se ha estropeado del todo y acabo tirandola a la papelera.
Al poco nos dicen que por motivos de las fiestas se esta regalando a todos los participantes y plato con longaniza y patatas. Y alla que nos apuntamos, aunque sin hambre pues acabamos de comer, pero pesabamos guardarla para despues. Al traerla al bar, la mia se cae al suelo y tengo que tirarla.
Ya mas tarde, nos acomodamos debajo de los arcos del ayuntamiento, pero es imposible dormir. La gente no deja de pasar y mirarnos. Y encima al poco pasa la charanga con todo el tromperio. La musica se oye bastante desde donde estamos y apenas conseguimos dormir un par de horas. A la 1 nos cansamos de intentarlo, y como el bar está abierto, volvemos al mismo.

3 comentarios:

  1. Je je je... me hace gracia lo que dices del sello templario que mola un montón. Me gusta, sí, ya me lo enseñarás.
    Y también tu idea de guias vestidos de templarios. Lástima que no se preocupen de los detalles.

    Por cierto, hace años que sólo entro en una iglesia para una boda. Si no, todas están cerradas, como dices.
    Bueno, en pueblos catalanes, no hace mucho, sí que estaban abiertas. Recuerdo tres en que toda para mí, no había absolutamente nadie, ni para vigilar, pero las puertas abiertas, cómo debe ser la Casa del Señor.

    Buena foto la de la torre de alta tensión inutilizada, para nidos de cigüeñas. Todas me gustan, pero esta es un detalle especial.

    ¡Eres el pupas! Para un plato que te dan gratis, va y se te cae al suelo, ¡ay!
    ¿Qué cámara se te ha estropeado? ¿La de fotos? ¡Ostras, ostras! Alguien te ha echado mal de ojo, chico. Ya somos dos.

    En fin, pretender dormir en un pueblo en fiestas es una utopia, y más en la calle, a la vista de todos. Quien os lo recomendó pensaría que os echariáis a dormir a las siete de la mañana, je je je...

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  2. Una pena, era antigua, pero me gustaba porque todavía tenia agujerito para mirar, como las de rollo.

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  3. Buenas mediodías dominicales del 4 de Octubre de 2.015, Año del Señor.
    "Nadie me dijo que llevar slips de excursión es predisponerse a la tragedia de las rozaduras" Yo le respondo con un viejo y sabio refrán: "Nadie escarmienta en cabeza ajena" Del mismo modo que nadie aparece por aquí a leerle, exceptuando Doña Teresa y yo, usted tampoco se asesoró debidamente para hacer su peregrinación, no atendió a los relatos basados en experiencias de otros peregrinos. En muchos de ellos se habla de los calzoncillos adecuados. Y mi "trágica" experiencia la he contado unas cuantas veces. Terminé en el centro de salud de Lumbiers por culpa de unas rozaduras que me hacían sufrir lo indecible, además perdido en la montaña, en mi primera peregrinación. Y he hablado del buen trato que me dispensaron y de los remedios que puse en práctica a partir de ese momento.
    Todo un acierto el del sello con dos templarios a caballos. Hay sellos curiosísimos en el Camino, mucha gente los colecciona. El más bonito en la época en la que yo hacía el Camino Francés era el de Orbaneja Río Pico, unos cuantos kilómetros antes de llegar a Burgos.
    Lo de los actores o figurantes disfrazados de medievales siempre me ha parecido una chapuza, a no ser que obedezcan a un buen montaje teatral o cinematográfico.
    Interesantísima e irónica reflexión la que hace sobre Monzón y su deriva en la rapiña de Pujol y la miseria de Mas. ¡Vaya dos patas para un baco!, ¡Jeje!
    Fotos más que preciosas las que nos ofrece en este episodio de su bien narrado Camino, Don Jesús. Entra ellas hay dos panorámicas estupendas. Lástima que la gente sea tan mediocre y no entre en blogs como el suyo.
    Las fiestas locales están reñidas con los peregrinos o les animan más. Depende. Me he sentido bien en pueblos en los que me han obsequiado con vino y chorizo, tal es el caso de Viana en Navarra. ( Donde murió en duelo Cesar Borgia ) y en otros me han fastidiado a la hora de dormir. Pero al final siempre terminas sucumbiendo al sueño por la paliza de kilómetros que te has pegado. En Santo Domingo de la Calzada escuché la actuación de David Bustamante mientras me dormía. Lo más curioso me pasó en Undues de Lerda. El albergue estaba en la primera planta de una casa. Se estaba preparando el jolgorio en la plaza, la verbena, y debía dormir con la ventana abierta porque hacía muchísimo color. Pues me dormí como un bendito y desperté a la hora de arrancar, a las seis de la mañana. Fíjese qué milagro, a mi me despierta una mosca volando, pues allí tenía todo el follón, allí al ladito, y no me enteré de nada.
    ¡¡Hasta el próximo weekend!!

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