Ayer volví a la playa, incluso me bañé. El agua estaba rica. Curiosamente tuve que alejarme bastante para que me cubriera mas allá de las rodillas, algo inusual en la playa del Prat, que a los pocos pasos ya estaba bastante hondo. De la experiencia de ayer, creo que adoptaré un método de actuación.
Siesta, sin la siesta me es imposible hacer nada, pues duermo muy mal. Coger el chandal y para la playa, ida andando tranquilamente escuchando La Radio de Julia. Cuando llegue al agua patos. Lo ideal sería poder quedarse un ratillo tomando el sol, pero sin toalla lo veo complicado. Y para volver, a la carrera, los músculos y articulaciones ya estarán suficientemente calientes para no tener otra lesión como la que me aflije desde hace varios meses.
Y al llegar a casa, unos abdominales, sería lo ideal, siempre que pueda levantarme del sofá.
¡Oh! Yo pensé en ir a la playa hace cosa de unas semanas, pero se me cayeron los cuatro palos del sombrajo al pensar en las dificultades de ir sola, teniendo que dejar el bolso en la arena si me metía en el agua -lo que me gusta más que asarme al sol-.
ResponderEliminarYo no puedo ir como tú, sin nada, necesito la tarjeta de transporte y la documentación, por no decir las llaves de casa y mi playa, amigo mío, no es la de El Prat...
Te veo muy lanzado, je je je... Espero que te vaya bien lo planeado.