sábado, 12 de marzo de 2011

Manual de supervivencia

El fin del mundo se acerca, vease El Periódico de El Prat en su edición de hoy. Y cal estar preparados. Seguramente no habrá pensado en nada, dejandolo todo a la improvisación del último momento, típico español. Pero esta improvisación si que sera la última para usted.
Ante la catastrofe inminente lo primero que hay que hacer es acopio de comida. Toda la que se pueda. Si es necesario vacie una habitación y dediquela solo como almacen de viveres. Más vale dormir en literas durante unos años que no contarlo.
Aisle la habitación el máximo posible de humedades y compre toda clase de latas de conserva, atún, sardinas, foigras, aceitunas y alimentos presurizados y desecados. Embutidos, azucar, cafe soluble. Pan tostado, galletas. Arroz por lo menos para un año, mas no va a durar. Todo lo que pueda acaparar, toneladas y toneladas. Y por supuesto agua, mucha agua. La mitad de la habitación al menos la tendrá que dedicar al agua.
Pero no solo de pan vive el hombre, un botiquin y toda clase de material médico será siempre bienvenido. Antibioticos, desifectantes, vendas, hilo de suturas. Informese y no deje nada al azar.
También necesitará una serie de elementos imprescindibles, como pilas y baterias de todo tipo, si puede hacerse de una placa solar, divino. Sino un generador o dinamo de cualquier tipo. Necesitará asimismo una bicicleta, coches y amotos, pronto serán inutiles al acabarse la gasolina.
Y por supuesto tendrá que armarse. Sus amables vecinos de hoy, se convertirán en bestias pardas cuando tengan hambre. Hagase de una buena provisión de armas blancas, cuchillos, espadas quizas una lanza. No vendría de mas para los primeros años un arma de fuego, pero serán difíciles de conseguir porque la gente será lo primero que robará, por otro lado, las balas como todo, caducán y dejaran de ser efectivas a los 5 años, todo lo mas 10. Pero si puede hacerse de una escopeta de caza y provisión de cartuchos, mejor que mejor. Lo que no ha de faltarle es un arco, de fácil adquisición en todas las tiendas de deporte. No así las ballestas que se necesita permiso de la Guardia Civil.
Atricherese en la ciudad, no salga al campo, pronto se llenara de hordas de seres hambrientos y despiadados dados al canibalismo. No habrá rincón en el bosque, ni cueva en la montaña que no fuera registrada. La ciudad, ofrece mas garantias de pasar desapercibido entre las ruinas y los escombros. Y siempre es posible encontrar algún tipo de alianza con otros supervivientes.
En fin, no se me ocurren mas consejos prácticos, pero seguro que a usted si. Bienvenido al futuro inmediato.

4 comentarios:

  1. Puro Madmaxismo estás describiendo. Menuda faena que hay que tomarse para sobrevivir. Se te ha olvidado lo que ya puse en el otro blog, llevar siempre puesto el chaleco salvavidas, por si viene el tsunami.

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  2. ............................

    Esta vez te has superado, amigo mío. Me has dejado con la boca abierta hasta que he sido capaz de cerrarla y encontrar las teclas.

    Teniendo en cuenta que hasta el Vaticano dispone de un refugio nuclear, tal vez no andes muy desencaminado. Lo malo es esto, que nuestros pisos de papel de fumar no protegen de nada y toda precaución es inútil.

    Hay un cuento árabe que refleja muy bien lo inútil de huir de la muerte. Si lo encuentro te lo pasaré.
    Personalmente no pienso hacer nada para esconderme, la muerte me encontrará si quiere encontrarme, ya sea en 2012 o esta misma noche.

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  3. Domingo a la tardecita, la tristeza me cerca, pero he dado con tus sugerencias de supervivencia y en verdad me has hecho reir (que me hacía falta)
    un beso grande y ojalá puedas disfrutar de Zaragoza que por lo que veo deslumbra!!
    te escribiré a tu email !!
    besos
    clara

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  4. Aquí te dejo la leyenda árabe. Se llama 'Cita en Samarra'

    La leyenda árabe cuenta la historia del esclavo de un mercader de Bagdad que acude a su dueño para decirle que en el zoco ha chocado con una mujer y que al volverse ésta, vio que era la muerte, quien le lanzó una mirada amenazante, razón por la cual le pide el caballo para irse a Samarra y huir de aquélla; el mercader accede a la petición de su siervo y se dirige al zoco en busca de la muerte a quien encuentra y le pregunta la razón por la que lanzó esa mirada amenazante a su esclavo, respondiendo la Parca que esa mirada no era de amenaza, sino de sorpresa pues le llamaba la atención ver a su esclavo en Bagdad cuando esa noche tenía cita con él en Samarra...

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