jueves, 8 de abril de 2010

16:07

Bueno, he releido las bases del concurso de minirelatos apocalipticos, y bien. En ninguna parte pone que no se puedan enviar dos. Es lo que he hecho, no para tener doble oportunidad de viajar a la Rivera Maya, sino porque es una historia que debía de contarse.
Podeis leer el relato 5 de Piconera y el 6 de mi menda en blog UHF y para los que no podeis acceder al Quediario, en la página Miscelaneas de este mismo blog.
Con todo el día 23 los publicare todos aquí para facilitar su lectura y votación.

5 comentarios:

  1. ¿Has tenido que releer las bases que hiciste tú mismo?... ¡Ja ja ja!
    Yo las desconozco porque te las pedí dos veces y me dijiste que no hay, je je je...

    Tu segundo relato me ha hecho desternillar de risa. Sabía que acabaría pasando...

    Ya sabes que participo para ayudarte nada más, porque si tus famosas bases requieren que nos votemos entre nosotros... ¡ja ja ja ja ja ja!, como si no participase ;D

    Gracias por recibir en tu salón de duquesas y condes a una próscrita, querido amigo.

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  2. La verdad, son entretenidos de leer esos relatos para ver como suelta cada uno su imaginación, pero en general los encuentro demasiado exotéricos. A mi no se me ocurre ninguna historia de ese tipo. En cuanto a lo del Papa Negro, no sé, si no han nombrado a Obama, no creo que ya nombren a otro.

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  3. ¡Qué gane el mejor!... ¿No participa Leo Messi?

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  4. Dejo aquí un pequeño relato para el concurso, porque no sé donde introducirlo:

    LOS MUERTOS NOS LLEVAN VENTAJA

    Cuando John Russ, el más famoso presentador de noticias de la televisión norteamericana sacó de repente un revólver, se lo puso en la sien y se reventó la cabeza en directo, no hubo una especial conmoción en la audiencia. Antes de apretar el gatillo dijo una frase, “señores espectadores, los muertos ya no me llevarán ventaja” y esto explica el porqué no llamó demasiado la atención aquél suicidio en directo.

    Todo empezó cuando Jack Big Gurú escribió su libro filosófico “Los muertos nos llevan ventaja”. En dicha obra explicaba como los seres humanos venían de La Nada, un lugar que describía como el paraíso de la no existencia absoluta y como ésta vida era un obstáculo a sobrepasar para regresar a tal placentero lugar. Al poco de publicarse, una serie de suicidios de personas influídas por su lectura comenzaron a llamar la atención. Las autoridades alertaron sobre la influencia negativa del nadismo que preconizaba dicho libro, prohibiéndolo, pero copias del mismo se difundieron por Internet y la filosofía de Jack Big Gurú se extendió por todas partes.

    Los suicidios comenzaron a ser muy numerosos. Los problemas empezaron a surgir en las empresas. Proyectos en desarrollo se paralizaban por doquier debido al suicidio de muchas personas que los dirigían o trabajaban en ellos. Las cosechas comenzaron a no poder recogerse. Las tiendas comenzaron a quedar desatendidas y los víveres comenzaron a escasear para los que pretendían seguir viviendo. Muchos de ellos comenzaban a pasar al otro mundo no porque estuvieran convencidos del nadismo sino asesinadas por otros que querían robarles los pocos alimentos que tenían o para servir de comida, pues el canibalismo se convirtió en algo común.

    Surgieron asociaciones de nadistas, compuestas por personas que no logrando vencer individualmente el instinto de conservación, se reunían en parajes determinados, acampando por millares y millares, pidiendo a las autoridades que lanzasen sobre ellos bombas nucleares. A éstos enjambres de nadistas se unían también aquellos que eran incapaces de soportar por más tiempo la brutal inseguridad de las calles temiendo ser víctimas de crueles asesinatos para servir de comida.

    Los gobiernos intentaban poner algún orden en aquél caos creando centros de suicidio organizados, donde además se pensaba aprovechar la carne humana de los cadáveres para producir concentrados alimenticios a distribuir entre el personal de los centros oficiales. Pero en cuanto uno de éstos centros entraba en funcionamiento, las muchedumbres que se agolpaban para entrar los convertían en casi inservibles: las colas de espera se rompían fácilmente para dar lugar a batallas campales entre los que querían pasar primero, y se agravaba por las maras de buscadores de carne humana para comer que acudían a éstos tumultos para cargar sus camiones con víctimas frescas.

    La ONU quiso poner orden en el caos mundial anunciando puntos geográficos de exterminio masivo con bombas nucleares en fechas concretas, para que la gente que lo deseara acudiera a ellos, pero llegaba la fecha y generalmente no pasaba nada. Sólo ocasionalmente alguna detonaba. Las bombas nucleares no podían lanzarse porque la gente que las manejaba se había suicidado o .había sido víctima del canibalismo. Se había intentado recurrir a lanzar bombas con escuadrillas de bombarderos, pero al final, como mucho, se presentaba un solo avión a lanzar las bombas.

    Siento no poder seguir contando como acabará la situación porque voy a tirarme por la ventana. Un grupo de caníbales está derribando mi puerta, así, que estimados lectores, los muertos no me llevarán ventaja.

    http://www.bucannegro.blogspot.com

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  5. Luis, mi relato tiene muy poco de imaginativo, te lo aseguro :(

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Gracias por vuestros comentarios, en breve serán publicados y pasaré por vuestros blogs.