El Bulli

Cierra el Bulli, me alegro. O me da igual, porque el rollo que se trae Ferran Adrià, el "mejor cocinero del mundo", y su singular restaurante no lo entiendo en absoluto.

Yo, que solo como para alimentarme, y aun así la mitad de la comida me cae mal y de la otra no me fio por los conservantes y colorantes, hormonas, pesticidas y toda la porquería que le echan, que existan un restaurante donde no se come, sino que se degustan obras de arte me es inconcebible. Sobre todo por el precio, aunque que cabe esperar de un restaurante donde hay mas cocineros, camareros y pinches de cocina que comensales.

Entiendo que la comida es cultura, puede ser arte e incluso causar gran satisfacción. Pero la cocina al nitrogeno, la tortilla desestructurada, o mousse de lentejas y otras cosas igual de aberrantes me parecen un cachondeo y una tomadura de pelo. Y encima las víctimas de este tocomocho culinario seguro que salían encantados de la "experiencia degustativa", cualquier cosa menos confersar que han hecho el canelo.

Parece que estos del Bulli se tomaran dos años sabáticos, para investigar dice el Ferran, se nota que se han forrado. No investigues tanto y estudia nutrición, al menos alimenta sanamente a las snobs de tus vícitmas.