Como sabemos, el hombre es racista por naturaleza, es parte de su legado darwinista para la supervivencia de las tribus primitivas. En la actualidad en buena medida hemos superado esos atavismos, pero solo a nivel consciente. En nuestro subconsciente permanecen los antiguas improntas.
La historia de Europa se puede resumir en la lucha de las tres razas principales que la componen, la latina, la germánica y la eslava.
Nosotros como latinos conocemos muy bien nuestros enfrentamientos seculares con los germanos, que se remontan practicamente a los romanos, continuaron toda la Edad Media, entre güelfos y gibelinos, y siguieron con las luchas franco-germánicas, con la curiosidad que durante mucho tiempor los hispanos estuvieron del lado germano, cuando reinaba la casa de Austria por aquí.
Como sabéis la cosa culmino con la II Guerra Mundial, que con la ayuda de otros pueblos germanos, ingleses y americanos, Alemania fue derrotada ampliamente.
Pero de la otra frontera apenas sabemos nada. Y no ha sido menos cruenta, germanos y eslavos siempre se ha zurrado la bandanga. Para nosotros lo mas conocido es cuando un emperador latino, Napoleón, invadió Rusia con tropas austriacas. En la I Guerra Mundial Rusia estuvo donde tenía que estar, contra los germánicos, al lado de sus aliados latinos y en la II Guerra Mundial lo mismo.
En la guerra fría, tras la fogotización de los latinos por los anglo-germánicos el Telón de Acero marco la frontera. Pero el ineficaz sistema comunista acabo hundiéndose, y algunos pueblos eslavos pretenden, contra natura, pasarse al lado germano, Bulgaria, Eslovaquia...etc.
El problema vino cuando los eslavos de Croazia quisieron hacer lo mismo, abandonado a sus hermanos de lengua y raza los serbios. Naturalmente los germanos apoyaron esa iniciativa enloquecida y todo acabo como acabo.
Ahora pretenden juzgar al genocida serbio Karadzic, olvidando a quien promovió todo el desequilibrio en la zona, Helmult Kolh, el héroe de la reunificación alemana, y de la balcanización yugoslava. Un aplauso para este Hitler, a su pesar.
La historia de Europa se puede resumir en la lucha de las tres razas principales que la componen, la latina, la germánica y la eslava.
Nosotros como latinos conocemos muy bien nuestros enfrentamientos seculares con los germanos, que se remontan practicamente a los romanos, continuaron toda la Edad Media, entre güelfos y gibelinos, y siguieron con las luchas franco-germánicas, con la curiosidad que durante mucho tiempor los hispanos estuvieron del lado germano, cuando reinaba la casa de Austria por aquí.
Como sabéis la cosa culmino con la II Guerra Mundial, que con la ayuda de otros pueblos germanos, ingleses y americanos, Alemania fue derrotada ampliamente.
Pero de la otra frontera apenas sabemos nada. Y no ha sido menos cruenta, germanos y eslavos siempre se ha zurrado la bandanga. Para nosotros lo mas conocido es cuando un emperador latino, Napoleón, invadió Rusia con tropas austriacas. En la I Guerra Mundial Rusia estuvo donde tenía que estar, contra los germánicos, al lado de sus aliados latinos y en la II Guerra Mundial lo mismo.
En la guerra fría, tras la fogotización de los latinos por los anglo-germánicos el Telón de Acero marco la frontera. Pero el ineficaz sistema comunista acabo hundiéndose, y algunos pueblos eslavos pretenden, contra natura, pasarse al lado germano, Bulgaria, Eslovaquia...etc.
El problema vino cuando los eslavos de Croazia quisieron hacer lo mismo, abandonado a sus hermanos de lengua y raza los serbios. Naturalmente los germanos apoyaron esa iniciativa enloquecida y todo acabo como acabo.
Ahora pretenden juzgar al genocida serbio Karadzic, olvidando a quien promovió todo el desequilibrio en la zona, Helmult Kolh, el héroe de la reunificación alemana, y de la balcanización yugoslava. Un aplauso para este Hitler, a su pesar.