lunes, 25 de agosto de 2014

El códice Jesusino

Preambulo

Caminar es vida dice el dicho, y que mejor camino, que la peregrinación a Santiago de Compostela. Una tradición de siglos la avala...

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 Mi interes por el viaje a Compostela, no es religioso, no creo ni en dios ni en la verdad revelada. La única opción espiritual que admito es el posible encuentro con el satorí budista. Una experiencia de iluminación que mas que a la meditación y a la "magia" del Camino, podría deberse al aburrimiento o alucinación producidas por el sol y el cansancio. Con todo el budismo ha sido superado, todo lo que decía desde hace mas de 2.000 años ha sido corroborado por la ciencia, mas toda la parafernalia cultural propía de los países orientales nos queda fuera de alcance, a menos que le dediquemos años de estudio erúdito.
Con todo mi afición por el camino es mas deportivo-turistica que otra cosa. Una forma de iniciarse en el senderismo, un deporte que no tiene edad y puede practicarse practicamente durante toda la vida.
Durante días me he informado mas o menos en que consiste el viaje a Compostela, me he leido un par de guias y un par de novelas. Amén de una película cuyo título no recuerdo.
Todo está listo, tengo las vacaciones y tengo los materiales inventariados.Que paso a detallar, teniendo en cuanta siempre que contra menos equipaje mejor. Lo que es indispensable queda al albur de cada cual.

.- Calzado (elemento imprescidible que marca el éxito o el fracaso. Han de estar sobre todo bien ventilados y de suela rigida, hay muchos tramos de piedras, sobre todo en Aragón)
.- Vieira (que te identifique como peregrino, evitaras muchas caras largas si no te toman por un vagabundo)
.-Mochila (obviamente)
.-Sobrero y gorra de repuesto
.-Saco de dormir (si es en verano, casi mejor llevarse una sábana. Muchas pernoctaciones son en pensiones u hostales, por lo que no se necesita. Por otro lado, es imposible con el calor dormir dentro del saco.
.-Bastón o bordón (es un peso imnecesario, aunque para los que van en plan atleta, son una ayuda)
.-Cantimplora
.-Impermeable
.-Funda impermeable para la mochila (con una bolsa de basura será suficiente)
.-2 mudas (calzoncillos, camiseta y calcetines)
.-Jersey (incluso en verano, hace frio en algunas ocasiones, sobré todo en los Monegros por la noche)
.- Pantalón de repuesto (mejor tipo bermudas para poder lavarlo mas fácilmente)
.-Toalla
.-Chanclas
.-Pañuelo
.-Bañador
.-Kleenex (para usar sobre todo como papel higiénico)
.-Neceser
Gel
Peine
Cepillo y pasta dientes
Cuchillas
Espejo
Medicamentos. (Según las necesidades. Tampoco hay que cargarse, si se necesitan ya se irán comprando. en todo caso en si enfermamos podemos dar por terminada la travesia)
Tiritas
Alcohol
Repelente mosquitos
Crema solar
Navaja multiusos (que tenga tijeras y pinzas al menos)

.-Viveres
Galletas (para algún caso de necesidad, también se pueden llevar chocolate o caramelos para un aporte rapido de calorías)

.-Colchoneta (Por si hay que dormir al raso o en el suelo. Imprescindible si vas al concurrido Camino Frances)
.-Tienda (Sería lo ideal si puedes con este peso extra, y no tener que depender de albergues ni de hostales)

.-Documentación
DNI
Dinero
Tarjeta
Tarjetas sanitarias (la catalana, la española y la europea)
Credencial compostelana (Imprescindible para poder utilizar los albergues)
Agenda (a pesar de los moviles no esta de mas llevar algunos telefonos en papel)
.-Libreta diario
.-Boligrafo
.-Lápiz
.-Linterna (preferiblemente de poco peso y doble uso, con luz roja para colgarla en la mochila en las etapas de carretera)
.-Cerillas
.-Radio
.-Reloj
.-Móvil y cargador
.-Cámara fotos (Un móvil no sustituye una buena cámara, pero cuanto menos peso mejor)
.-Libro novela (es un peso importante, mejor es que te descargues una novela en el móvil)
.-Guia (Hay guias para moviles, pero yo sigo confiando en el papel)
.-Gafas de cerca (para quien las necesite, como yo)
.-Gafas de sol (imprescindibles)

.-Bolsas (dos o tres bolsas de basura y de asas, para la ropa sucia, cubrir la mochila, hacer compras o cualquier otra necesidad)
.-Mariconera (para guarda documentos y otros útiles cuando salgas a visitar los pueblos y ciudades por donde pases)

 PRIMERA ETAPA. 
De Montserrat a Sant Pau de la Guardia 6 de agosto del 2012

El día empezo lluvioso, por lo que en un principio lo iba a dejar para mañana. Pero escampó y después de la siesta me vi con ganas.
En el tren a Montserrat tuve mucha suerte y entable conversación con un viejo senderista que ya había hecho el camino de Santiago y conocía muy bien Montserrat.
Se nos unió a la conversación un turista brasileño que visitaba Montserrat. Este brasileño se ve que es un atleta de triathlon, que tras participar en un torneo en Bilbao, esta recorriendo España.
El senderista, no solo me acompaño a la oficina donde dan las credenciales, sino al menos tres kilometros por el camino que bordea Montserrat. Sin duda un paraje singular, que discurre entre bosque y vistas al valle del Llobregat.
Nos despedimos en la bifurcación de Monistrol, pues es el recorrido que suele hacer a menudo.
El resto de camino transcurre por la carretera, por suerte no había apenas tráfico, serían las siete de la tarde.
Llegue al primer refugio, la ermita de Santa Cecilia. Un lugar muy acogedor que ojalá me hubiera quedado a pasar la noche. Pero la ambición me cegó, y decidí hacer los 10 kilómetros hasta la siguiente parada. El hostal de Sant Pau de la Guardia.
Los kilómetros empezarón a pesarme, sobre todo algunas cuestas que coroné con el corazón en la garganta. Eso si, el paisaje extraordinario, la montaña de Montserrat a la izquierda y el valle a la derecha. Mas de una vez tuve que pararme a contemplarlo mientras recobraba el resuello.
Así hasta una casa que llaman Can Maçana, donde perdido, pregunte a una pareja de excursionistas de mediana edad que bajaban de uno de los multiples senderos que hay en Montserrat. Felizmente me indicarón el camino, por otro lado semiescondido. Se trata de un sendero que atraviesa el bosque, autentico camino de Santiago, mas medieval imposible, solo faltaría que se me apareciera un jabalí.
Arrivo todo ilusionado al Hostal Casa Celler, soñando con una ducha y una cama.
Sorpresa! Está cerrado. Cierran desde el domingo por la tarde hasta el martes por la mañana. Esto no venía en la guía, y es que decididamente el mapa no es el territorio.
Sin saber que hacer, y demasiado oscuro para continuar, me decido por pasar la noche en unos bancos que hay a la entrada. Despliego mi saco. Hace bastante frio, pero lo peor es que estoy insomne, solo duermo a ratos y mal. Frio, mosquitos, toda la noche mirando las estrellas, que de vez en cuado desaparecen tras una capa de nubes. Me temo lo peor, que me caiga un chaparrón.Pasa un OVNI...o un satelite, cruza el cielo rapidamente.
Son las cuatro de la mañana y estoy despierto, ha salido la Luna y hay bastante claridad, por lo que cometo el siguiente error. Me enchufo mi linterna de frente y decido seguir el camino.
Al principio voy bien, las flechas amarillas caracteristicas del Camino se ven claras. Atravieso una urbanización "Montserrat Park" entre ladridos de perros. Agarro fuerte mi bastón.
Desemboco en una carretera, es la misma que subí anteriormente, la del Bruc. Pero las señales han desaparecido y la guía no está nada clara. Veo un bar de carretera, el bar Montserrat, pero está cerrado y no abrirá hasta las siete y media. También hay una parada de autobus, asi que me acomodo como puedo, el banco esta algo flojo, pero consigo dar alguna cabezada protegido del relente de la noche.

SEGUNDA ETAPA
 Sant Pau de la Guardia-Castellolí . 7 de agosto del 2012

Al amanecer, sigo tirado a las puertas del bar Montserrat, esperando que abran. Pero cada vez veo mas clara la ruta a seguir, a traves de la carretera, además hay mucho menos tráfico que durante la noche. Me quedan 5 kilometros hasta Castellolí, una hora y cuarto, pues ya he establecido mi velocidad de crucero a 4 kilometros por hora.
La carretera es sinuosa, estrecha y casi todo el tráfico son grandes camiones que me obligan a apartarme por seguridad, por suerte son pocos. Discurre entre la montaña y el abismo, abajo se ve la autopista que es donde se supone, según la guia que he de ir a parar. Intento encontrar un atajo a traves del barranco, pero la vejetación es muy tupica, solo casi al final consigo acortar unas cuantas curvas al mas puro estilo Peter Bear el "Último superviviente".
Llego por fin a la autopista, que cruzo por encima de un puente, hasta el camino paralelo que lleva hasta Castellolí, una pista muy comoda, asfaltada parcialmente, pero que no puedo disfrutar, pues me hago consciente del dolor de pies que me estan produciendo las ampollas. Paro al borde de una piedra. Tengo tres ampollas, una en un pie y dos el otro, y solo dos tiritas almohadilladas. Me las pongo, parece que hacen algún efecto, pero solo en pie que las pongo el otro me sigue doliendo horriblemente.
Veo en la guía que Castellolí tiene farmacia es cuando decido que me quedará todo el día en el pueblo, compraré alguna cura y ha esperar que al día siguiente me encuentre mejor.
Llego al pueblo sobre las 8:30, y entro en el primer bar que veo abierto, (desgraciadamente no recuerdo el nombre) el de enfrente del ayuntamiento. Es una de esas panaderías-cafetería. La camarera me atiende estupendamente y me informa de todo el asunto de los peregrinos. Cuando abran el ayuntamiento, a las 9, he de pedir las llaves del refugio.
El ayuntamiento abre puntual a las 9, me atiende una chica joven, que me sella la credencial y me da las llaves del refugio, así como las instrucciones por si quiero usar las instalaciones de la piscina municipal para asearme.
El refugio está a pocos pasos del ayuntamiento, en realidad el pueblo es poco mas que un par de calles. Se trata de una escuelita abandonada, un edificio simple de dos aulas, unos lavabos y unas oficinas. Es una de las aulas que se utiliza de refugio, la otra está ocupada por una organización juvenil local. Poco adicta a la limpieza y al orden. Está todo muy sucio, hay restos de muebles por todas partes. Veo una cucaracha muerta y muchas arañas, sobre todo en el lavabo.
Castellolí es un pueblo sin futuro, no me extraña que haya cerrado la escuela, la presencia de la autopista cercana produce una contaminación acústica muy molesta, y con la carretera nacional practicamente inutilizada, la vida allí no puede prosperar para las generaciones jovenes.
Duermo un poco en el refugio, que por lo demás no tiene cortinas y entra el sol a raudales. Sobre las 11 que es cuando abre la botica, voy a comprar algún remedio para las ampollas. La manceba me vende unos apósitos, que como después me entero, si curan, pero si no mueves los pies. Me los pongo, siento un alivio momentaneo.
Tras descansar otro ratillo. Exploro las "instalaciones", encuentro una escoba y me pongo a limpiar un poco. En esto llega un hombre, Jaume. Le han hablado de mi llegada en la cafetería. Antiguo peregrino, ha hecho el viaje, mas de siete veces. Es todo un experto, se ofrece en ayudarme en lo que sea y me deja su número de telefono. Me explica la forma de curar las ampollas de los pies. Se extrae el liquido con una jeringuilla, se desifecta y se cubre con una aposito. Muy enrrollado, pero como mi persona no suscita mayor interes se marcha a sus quehaceres habituales.
Es la 1, salgo en busca de un restaurante que he visto a la entrada. Merodeando por los alrededores del refugio, encuentro a un sujeto, que a todas luces es otro peregrino. Me brindo a prestarle ayuda, pues supongo acertadamente que piensa descansar tambén en Castellolí.
Se trata de un sueco, no habla castellano, nos entendemos en mi ingles macarrónico. Se llama algo parecido a Okey, como OK, pero escrito en sueco que vete a saber como será. Le acompaño al ayuntamiento para que le pongan el sello, y a dejar la mochila en el refugio. Mientras el se va a la piscina, yo me voy a comer.
El restaurante es el típico de carretera. 10 euros el menu de tres platos superabundantes, si esperaba adelgazar con este viaje, mas vale que abandone toda esperanza. Vuelvo al refugio a descansar los pies.
Paso el resto del mediodia, dormitando, leyendo el librino que me he llevado para el viaje, "Conspiración Octopus" de Daniel Estulin, el experto en el club Bilderberg. Un poco liosa y con estilo caracteristico del Estulin, que se ve habla un montón de idiomas, y no domina ninguno. Bueno supongo que el ruso si, pero la traducción debe de haberla hecho el mismo.Y escuchando la radio, solo se oye radio nacional, las otras tres grandes, SER, COPE y Onda Cero, desaparecidas. También algunas catalanas, sobre todo Cataluña Información.
También hablo o algo parecido con Okey. Peregrino avenzado, viene de hacer toda la ruta del Camino Frances y también a cruzado la mesesta de Madrid a Burgos. Se ve que se ha quedado con ganas y decidio probar con la ruta catalana, pero no va a hacer la típica hasta Zaragoza, sino la de San Juan de la Peña, que transcurre entre campos y montes. Mucho mas bonita, pero también mas solitaria y con menos alberges y refugios.
A media tarde salimos a tomar unas cervezas y comer algo. Este Okey quiere conectarse a Internet, pero en el bar que entramos, a pesar de que hay wi-fi, su I-pad no lo reconoce por problemas del navegador Safari. Chupate esa Steven Jobs.
Okey es el típico sueco alto y rubio, empresario de éxito se ha tomado tres meses de vacaciones, en los que está recorriendo el camino de Santiago. Vino con unos amigos y su hijo, pero estos han vuelto ya a Suecia. Para mi que prepara algún libro sobre el Camino de Santiago. La conversación es muy difícil, pues el me entiende a mi, pero yo a el a duras penas. Eso si, nunca he practicado tanto el inglés.
Comemos unos bocadillos en la panadería-cafetería. Okey, como buen turista se interesa por todo, prueba unos pastelillos típicos de allí, yo desisto que he venido a adelgazar.
De vuelta al refugio, cada uno se dedica a lo suyo, yo con la radio y el librino, y el sueco con el I-phone, donde tiene descargada toda la ruta. Los suecos están a la última, nos llevan mucha ventaja en todo, no creo que los alcancemos jamás. Como Okey es un atleta, hace 6 kilómetros a la hora, no tiene sentido que quedemos para salir juntos hasta Igualada.
Me despierto sobre las tres. Okey está frito, con mi linterna china, voy al lavabo. Estoy estreñido, aprieto pero nada. Vuelvo a cojer el sueño hasta la siete mas o menos. Okey sigue durmiendo. Salgo a desayunar a la panadería-cafetería y me despido de sus amables dueños. Okey sigue durmiendo, un sueco feliz. Cojo mis cosas en silencio y salgo a la siguiente etapa.

 TERCERA ETAPA. 
De Castellolí a Igualada 8 de agosto del 2012

En está estapa, solo pretendo llegar hasta Igualada y permanecer de 2 a 3 días mientras curan las ampollas del todo. Es solo una legua y poco, 2 horas.
El camino transcurre casi todo por asfalto, muy comodo y tranquilo pues apenas hay tráfico. Sobre todo a partir del desvio que deja la carretera para seguir una ruta GR. Una vuelta que Jaume me desaconsejo, pues es inútil, pero que cojo igualmente, pues una de las razones del camino es huir del asfalto, y mas vale dar un rodeo por el monte que seguir la linea blanca de una carretera.
Cerca de Igualada me encuentro con un senderista, que me pregunta por el camino a Montserrat, para mi que ya lo conoce mejor que yo, pero que es una forma de interrelacionarse entre colegas caminantes.
Lo bueno se acaba pronto, pues llego a Igualada, o mejor dicho al poligono industrial que tiene a la entrada. Es una larga avenida, con un poco de subida, nada duro y muy bien indicado por las flechas amarillas.
Tras un kilómetro largo entre fábricas llego por fin a la zona habitada. Lo que yo creía era Igualada, pero no, se trata de un municipio adosado, Vilanova del Cami. Que curiosamente y a pesar de llamarse del Camí,  Joan Fiol autor de mi guia no ha tenido a bien mencionar. Junto a otras inexactitudes que hacen que tras pasar la via del tren me pierda.
Cruzo toda la Vilanova del Cami, siguiendo los carteles de tráfico que señalan Igualada, hasta que desemboco en la calle Caresmar, indicada ya en la guia.
Me meto en una cosellería de Juventut y turismo, pero allí no es, me remiten al ayuntamiento, a pocos metros.

Allí me atiende un amable policía que hace las veces de recepcionista. Me pone el sello, y me desengaña con respecto al vale de 15 euros para pernoctar. ¿La crisis? No. Igualada ha montado una infraestructura de acojida a los peregrinos de primera, que en mi guia del 2010 no viene. Me remite a una residencia de ancianos que gestionan todo el asunto de los peregrinos. Un poco alejado eso si, sobre todo para mis ampollas que empiezan a molestarme de nuevo.
Con todo consigo dar con dicha residencia facilmente, gracias al plano facilitado por el policía. Allí y tras pagar 15 euros por la primera noche y 25 por la segunda, me entregan las llaves del refugio y un kit de sábanas y productos de aseo.

El refugio está a pocos metros de la residencia. Se trata de un antiguo matadero restaurado, de diseño modernista. El edificio principal está cerrado, y el refugio en si, es la casa a la entrada de los antiguos guardianes. Tiene 12 plazas. 4 literas en la primera planta y 8 en la segunda, varios aseos y una cocina con nevera y microondas. Un verdadero lujo tras el de Castellolí.
No hay nadie. Me ducho, me instalo, me curo las ampollas y me hecho una siesta.
Un poco mas tarde, cuando ya estoy levantado, me interperla un señor por la ventana, que quiere unos folletos para una amiga que va ha facer el camino desde Montserrat, desgraciadamente allí, no hay nada de esto entre las revistas y otros prospectos propagandisticos. Así que le aconsejo que compre la guia del Fiol, que mismamente vende en Montserrat, aunque desconozco el precio, pues yo la compre en el Corte Inglés face mas de un año.
Al mediodía salgo a comer. Este barrio de Igualda, tiene pocos comercios, y la mayoría cerrados por vacaciones. Con todo no está lejos del centro. En el primer restaurante que veo me meto. Es a 12 euros el menú, pero no estoy para dar muchas vueltas. Precisamente el restaurante se llama Les Voltes, porque está debajo de unos puentes caracteristicos que hay en Igualada que van de calle a calle. Una reminiscencia medieval.

La carta es muy rara, así que pido lo que me parece menos exótico. Ensalada y pollo. La presentación es artística y de muy buen sabor. Se ve que el cocinero no es manco. O sea que como bien.
Es mediodía, dudo de buscar una apoteca para comprar un laxante, pues sigo estreñido, pero al final desisto, pues parece que me viene algo.
Paso por delante del cine, hay tres salas, Prometeus (ya vista) Batman y una cursilada romántica. Me propongo tornar para ver Batman. Me viene a la cabeza la matanza de Aurora.
De vuelta al refugio (no ha venido nadie) me encierro en el retrete y aprieto con fuerza. Consigo echar una pelotilla. Demasiado poco para todo lo que he comido. Compraré el laxante.
Me meto en el lecho y paso toda la tarde en la cama, a ratos leyendo y a ratos con la radio.
A las cinco salgo a comprar. La ciudad desierta, al otro lado del puente encuentro un DIA. Me hago con helado, limonada y yogurt. Tengo sed crónica.
Sobre las siete oigo voces en el exterior, vienen un grupo de cinco peregrinos. Son cinco chavales jovenes. Cuatro chicas y un chico. Van a la suya, no parecen muy comunicativos, el abismo generacional ya se sabe. Con todo averiguo que vienen de Montserrat y han completado la etapa en un solo día, yo les cuento mis cuitas. No van ha hacer todo el camino, solo hasta Lerida. Me parece que es una ruta habitual en Catalunya ya que se puede hacer practicamente en un solo fin de semana largo. Se instalan en el piso de arriba.
Ceno helado y galletas, y dejo el yogourt para mañana. Paso de ir al cine y me quedo en la cama, reposando mis pies. Al final me quedo dormido.
Sobre las cuatro me despierto, procuro no hacer ningún ruido pues los otros siguen durmiendo en el piso de arriba. Aunque no por mucho, a las cinco ya están en pie. ¡Solo han dormido 5 horas después de 30 kilometros de caminata! Y hoy pretenden hacer otros 25, hasta La Panadella. Que resistencia la de la juventud.
A las 7 salgo a desayunar y a comprar un periódico. Lo que no es fácil, no encuentro ningún kiosko. De hecho tampoco hay librerías ni bazares chinos. Se me ocurre un posible negocio en Igualada, el bazar-kiosko-librería. Habría que alquilar un local, decoración, proveedores, financiación, y todo ello en una ciudad desconocida...desisto de mis pretensiones empresariales.
Compro el periódico en una gasolinera, solo hay en catalán. Mosqueante, hasta donde habrá llegado el nacionalismo mas acerrimo en esta ciudad.
Tras la lectura del periódico, no se que hacer. No puedo hacer turismo, porque no puedo caminar. Para el cine falta mucho tiempo. Aquí no vendrá nadie por lo menos hasta última hora de la tarde, y no creo que las ampollas se me curen en un día.
Solución, recojo todo, retorno la llave y me vuelvo al Prat. Retomaré el camino en cuanto sanen las ampollas.

CUARTA ETAPA. 
De Igualada a Jorba 14 de agosto del 2012 (5 días después)

Después de descansar unos cuantos días en cas, vuelvo  a Igualada a retomar el Camino. Llego sobre la once, y dispuseme a cruzar toda la villa, luego que el camino comienza en la otra punta de la ciudad
de esta urbe industriosa, procurandome una fuente donde llenar la cantimplora, pero con tan mala fortuna que estan todas secas y agostadas. No me quedo  mas remedio que comprar una botella de agua mineral. A la par, aproveche para sacar unas estampas del centro para ilustrar este relato.



Entre ellas las del Refugio, procurando no mosquear a los policías de la comisaría que hay al lado.
Tuve la buena fortuna que este estuvier abierto, hayandose la mujer de la limpieza en su labor. Le pedi merced para recojer agua, a lo que presto se avino con mil parabienes.

Ya bien aprovisionado y fotografiado, emprendí la senda señalada en la guía del Fiol, no muy exacta para salir de Igualada pero preguntando llego a la ermita  de Sant Jaume de Sesoliveres. Un punto de referencia en la ruta.
Llegé cansado a la susodicha ermita, que estaba cerrada, pero que a su sombra me cobijé, para reponerme de la pequeña cuesta. Sant Jaume de Sesoliveres, es una construcción parece medieval, sita en una pequeña colina con unos cuantos olivos en derredor que le dan el nombre.

Pareciome sitio agradable para ir a merendar desde Igualada. Tal hice yo, no merendar, pero si picar unas cuantas almendras de mis provisiones.
Continue la marcha, cansado, acalorado, pero por lo menos los pies no me dolían por las molestas ampollas ya curadas.
El Camino transcurre entre chalecitos, hasta desembocar en una rotonda que conecta con la carretera, y esta a pocos metros con la autovía. En cruzando la autovía por un puente ad hoc, se nos abre un carril o senda asfaltada de uso lúdico para senderistas, ciclistas y algún coche. Este camino de una milla poco mas, nos acerca hasta el pequeño villorio de San Genís.
Donde yo ingenuo, pensaba parar en el bar local, descansar y yantar. Pero vive dios que el pueblo es una iglesia (del siglo XIII) y poco mas.

En mi deambular tuve la fortuna de llegar a un paraje oculto entre cipreses que escondian una pequeña piscina.

Sin duda para el disfrute de los vecinos. No me tire a ella, vestido y todo, no por falta de ganas, sino porque no querría ofender a los nativos del lugar. No había nadie a la vista y desconocía los usos para dicha alberca. Así que me contente con descansar, y comer y beber de lo mio.
Estaba realmente reventado, el sol picaba con denuedo. Pero una vez repuesto y estando que solo me restaba una milla mas para llegar a Jorba, volví a echarme al Camino.
No a pocos metros, un mal paso me echo por los suelos, sin consecuencias ni heridas sangrantes, pero si un buen susto. Y es que comodo de mi, caminaba con el bastón en la mochila. Error de neófito.
Mas adelante encontreme con un caballero ciclista, al que interrogue sobre mi destino, intercambiando otras providencias.
A la entrada de Jorba, hay una pequeña sorpresa. Una piscina pública, que no me paré a explorar pues me urgía resolver el asunto del yantar y el cobijo. Pues era mi intención pernoctar en Jorba. Toda vez que la siguiente estación, La Panadella distaba a mas de una legua y media, y era de fechura empinada.
Hablaba la guía del Fiol, de un mesón, La Gallega, (que menos tratandose del Camino de Santiago), que no solo daban de comer a módico precio, sino que también entregaban las llaves del refugio.

El tal restaurante está en las misma entrada del pueblo. Es el típico restaurante de carretera, desgraciadamente, tras la apertura de la autovía, lo ha dejado en decandencia. Solo tres comensales había.
Senteme y pedí una ensaladilla rusa y calamares a la romana (9 euros con el café). Allí mismo me informó la mesonera de las nuevas acaecidas con el Refugio, que ya no lo gestionan ellos, sino el parroco-mosén del pueblo.
Allí me dirigí, a pocos metros, en una plaza con una fuente sin agua.

Golpeando la puerta con la aldaba, presto me abrieron, un señor que a gritos, demando por el mosén y encargado de lo que mas que refugio, semblome posada con todos los servicios. Con todo el mejor refugio en el que he estado. Mejor que el de Igualada, y mas barato, 10 euros.
Consta el establecimiento de varias habitaciones con literas, 5 o 6. Duchas, lavandería, sala de televisión y comedor, donde degustar las comidas que el mismo mosén prepara a precio asequible. Desgraciadamente yo ya había comido en La Gallega.
Lamentablemente, tal como me explicare el mosén, agosto es un mal mes para el camino de Santiago Catalán, al contrario del frances. Apenas si hay movimiento, en concreto en estos momentos solo eramos dos peregrinos los acojidos.
Mi compañero de celda, era un jubilado de Salamanca, avenzado peregrinador, de hablar pausado y sin duda hombre religioso, pues provenía de realizar unos ejercicios espirituales en Montserrat.
Tras la ducha de rigor, salgo a dar una vuelta por el pueblo. Enseguida acabo, pues el pueblo se acaba en 10 minutos y hace mucha canicula. Recalo de nuevo en el refugio, donde leer y escuchar la radio son mis pasatiempos, mientras al lado el de Salamanca duerme la siesta.
Por la tarde el de Salamanca se va a la piscina. Yo no traje traje, por lo que pretendo ir a La Gallega a por un refrigerio nocturno. Pero en vano, ha cerrado ya y no hay otra taberna en la aldea. Así que tras recorrerme el lugarejo y facer unas cuantas fotos me vuelvo al refugio a pasar el tiempo como buenamente puedo.


La lectura, la radio y una cerveza que me vende el mosen por un euro.
Mas tarde vuelve el de Salamanca, mas avispado que yo, ha podido comprar pan y otros viveres en una panadería del lugar.
El mosen se marcha a la hora nona, y en el refugio solo quedamos el de Salamanca y yo, que parlamos de la ruta y otras contingencias. Él piensa llegar hasta Logroño, yo hasta el día 26, sin especificar lugar, quizas Lerida, quizas Zaragoza, no mas.
Duermo intranquilo, me despierto varias veces con sueños agobiantes. Sobre las tres estoy despierto y me noto raro. Efectivamente las manos hinchadas, me zumban los oidos. Creo que la hipertensión ha vuelto.
Con este calor imposible continuar, las posibilidades de sufrir un infarto o una apoplejía se multiplican en estas condiciones de máximo esfuerzo.
¿Continuar, esperar otro día en el refugio? Mañana, hoy, día 15, la virgen de agosto, es festivo en toda España, incluida Cataluña, la farmacia estará cerrada. No hay posiblidad de tomarme la tensión ni medicarme si fuera menester.
Solo cabe abortar la misión. Así que recojo mis bartulos, me despido del de Salamanca, que también estaba despierto, y emprendo el camino de regreso en la oscuridad de la noche, pero también fresca...continuará. Aunque no sabemos cuando.


Capitulo II

Han pasado dos años desde aquel fallido intento compostelano, y este año del 2014, vuelvo a los caminos. Mi intención es continuarlo donde lo dejé, en Jorba. Con la experiencia adquirida y zapatos nuevos, unas sandalias Quechua, que después descubría también inconvenientes, pero que me permitieron llegar al menos hasta Zaragoza.

QUINTA ETAPA
De Jorba a La Panadella (5 de agosto del 2014)

Llegué sin contratiempos a Jorba, donde abandone el año pasado. Me compré una pasta y una botella de agua en el fornet del pueblo. Gente muy amable. En la plaza de la Fuente me comí la pasta, energía para ofrontar el camino.
Desde Jorba hasta Santa María del Camí, una pista fabulosa. Un carril-bici paralelo a la nacional II perfectamente señalizado. 7'8 kilómetros.
A los 4 kilómetros de Jorba, o sea a una hora de caminata, se encuentra el hosta Jorba, donde aprovecho para descansar un ratito mientras reponía líquidos en forma de una limonada bien fría.
En Santa María del Camí, hay dos iglesias interesantes, pero como había dos perros custodiandolas, paso de largo. Me senté eso si, en un pequeño merendero que había un poco mas adelante. Ahí mismo hice un contacto, se me acercaron dos testigos de Jehobá, a los que ràpidamente desarme con mi ateismo, ¿ángeles o demonios?. Nada podían contra mi fe atea y nuestro santo patrón San Darwin.
Después de Santa María del Camí, viene una aldea que se llama Porquerisses, esta bien, porque abandonas unos cuantos kilómetros la carretera nacional, que aunque practicamente sin tráfico, no deja de ser carretera.
Después de Porquerisses, viene un tramo duro de cerca de 5 kilómetros y medio de carretera y asfalto cuesta arriba. Tuve que parar varias veces a descansar, con todo mis pies se han resentido, sobre todo el izquierdo, aunque no he apreciado ninguna ampolla.
Por fin y tras una solitaria caminata, sin apenas trafico de ninguna clase, llego a La Panadella. Y tal como aconseja la guía me pido una habitación en el Hostal Bayona. Me parece que los otros están cerrados. Son 21 euros, parece que para los peregrinos tienen algun tipo de descuento.
He comido aquí mismo, en el hostal. 11 euros y pico. Gazpacho, bueno, aunque peor que el de mi madre. Y pollo asado, correcto.
El hostal tiene wifi, contraseña LAPANADELLA, pero desde la habitación no consiguo conectarme. Y en el bar tampoco, como comprueblo cuando bajo a cenar. Nada una cerveza y un bocata de queso, no muy bueno.
La habitación no está mal, es pequeña, pero con ducha y televisión.
Solo se ven los canales mas importantes, aunque no la 2, que es la mejor para la siesta. Con todo conseguí dormir un poco, y eso que estaba acelerado y acalorado. Tras la siesta me he dado una ducha. Me ducho vestido, así lavo la ropa interior, la camiseta y los calcetines también. Los pantalones son demasiado grandes, para lavarlos cada día, no se secarían. Tendría que haberme traido bermudas.
Paso toda la tarde tumbado en la cama, viendo la televisión y leyendo la novelita que me traje. Y sobre todo descansando los pies.



SEXTA ETAPA
De La Panadella a Cervera (6 de agosto del 2014)

Me he despertad a las 2 de la noche. Solo había dormido 4 horas. Leo, doy vueltas. A las cuatro bajo al bar a desayunar. El camarero dormitaba, luego entra un camionero. Vuelta a la habitación, mas lectura, mas vueltas y radio. Solo se coje radio nacional. Tragate un rollo sobre la cultura mod. Ya por fin a las 6, me afeito y salgo a la clara del alba, camino de Cervera.




A pesar del cansancio todo va bien. Es un tramo muy bonito que transcurre entre campos segados de las tierras leridanas. También hay bosques de pinos y otras especies arboricolas desconocidas para mi.
He pasado por pueblos como Pallerols, donde tienen una iglesia románica que se puede visitar, y te puden sellar la acreditación, pero era muy temprano para molestar a la vecina que guarda las llaves.
A un kilómetro y medio, San Antolí. Curioso pueblo que parece que han sustituido los perros por alarmas, y por donde pasaba se disparaban, con un ruido tremendo. Una exageración, podrían apagarlas a las 6, por ejemplo, me parece que he despertado a todo el pueblo. Es la sicosis por los robos que sufren en los pueblos desde que se fue la Guardia Civil.

San Pere dels Arquells es un pueblo muy bonito, que tiene una entrada muy fea. Toda una inmensa granja de cerdos que atufa toda la calle. ¡Con lo grande que es el campo y poner la granja en medio del pueblo!

Aquí la guía aconseja tomar un desvio para evitar la carretera, con una ligera subida ¡Ha sido la escalada al Everest por un camino de cabras! Que si me despeño nome encuentran en un mes. Muy bonito si, pero desaconsejable se vas solo, por peligroso.

Y en todo caso no ha servido de nada, porque por equivocación he ido a parar al pueblo que pretendía arrodear, Vergos.
En Vergos me he encontrado al perro negro. Un perraco que no me dejaba pasar, hasta que una vecina lo ha agarrado. No era suyo pero le tenía confianza. Un perro negro es un simbolo potente en el camino de Santiago, pero no sabría decir que significado tenía. Quizás que no siguiera por allí, pues la entrada a Cervera es un auténtico calvario. Solo 1 kilometro, pero cuesta arriba por la carretera y con un sol de injusticia. Me ha costado mas este último kilómetro que los 14 anteriores.
He tomado una limonada en el primer bar que he encontrado, que me ha sabido a gloria bendita. Preguntando hacía donde el albergue, o sea la calle Major.
Aunque al final no esta en la calle Major sino en un callejón a la altura del número 57. Se trata de una hospederia que llevan las monjas de la Residencia Sagrada Familia. Las monjas muy amables, y me han cobrado 10 euros, frente a los 15 que marca la guía. Se ve que la crisis ha rebajado los precios.
El alojamiento es una habitación doble, que tengo para mi solo, porque no hay mas peregrinos. Se puede lavar la ropa (a mano) y hay wifi.
Una vez en la habitación he hecho control de daños. Dos ampollas en el pie izquierdo, pero parece que no tienen liquido, aunque molestan. Los hombros desollados por la mochila. No se porque pesa tanto, si solo llevo lo imprescindible. Y encima estreñimiento. Cansancio e insomnio.
Salgo a comer algo, a ver si con el estomago lleno y un poco de vino y gaseosa consigo cojer el sueño. Como en el Casal, una especie de casino de pueblo, pero en una ciudad como Cervera. Impresionante la fachada de la universidad.
Consigo echar una siesta. Y a las cinco vuelvo a salir ha hacer unas compras. Provisiones, agua, leche y galletas. Reflex y un laxante (supositorios Robi) Hago unas fotos, sobre todo del ayuntamiento independentista y la catedral que por cierto toca ha muerto.
También hay un monton de carteles celebrando a cierto campeón de motos de la ciudad.
Me vuelvo al albergue a seguir descansando. Me acabo la novelita que llevaba y dejaré allí en el albergue para que la lea otro peregrino. No valía gran cosa, era un cuento juvenil.

SEPTIMA ETAPA
De Cervera a Tarrega (7 de agosto del 2014)

Esta ha sido una estapa de relax. No solo dormí bien, hasta las 4:30, sino que los 10 kms. desde Cervera a Tarrega han sido un agrdable paseo sin contratiempos. Excepto los primeros 800 metros de salida de Cervera que discurren por carretera hasta la ermita de Santa Magdalena, (en ruinas).
Todo el resto es por un camino rural entre campos de trigo a la izquierda, monte bajo a la derecha y cruzado por numerosos conejos.

De vez en cuando se ven algunos lugarejos que nos quedan a derecha o izquierda como la Granyanella, Fonolleras, Mora. Y así hasta El Talladell. Este un pueblo rural de estilo medieval, lugar con encanto y cerca de Tarrega, a solo dos kilomentros. La gente muy simpática, me saluda al pasar. Me cruce con dos gemelas, pero ignoro si tiene algún significado.
La entrada a Tarrega es fácil, nada que ver on Cervera. Aungque siguiendo las flechas amarillas en vez de al albergue me ha dirigido a las afueras. He tenido que preguntar para dar con la plaza del Carmen
y por el algergue Can Aleix. Que está encajado junto a un banco, en un edificio que parece mas oficinas que otra cosa.
En la recepción me ha atendido una guapa recepcionista que hablaba con un acento difícil de entender. Le respondo en catalán siempre que puedo y el resto en castellano.  Al rellenar la ficha, en la nacionalidad me pregunta si español o catalán con sorna. Por lo que deduzco que estoy ante otra separatista. Lo cual no es extraño, las banderas estrelladas polulan por todos los sitios que he pasado.
El algergue es barato, 10 euros. Eso quiere decir que los precios han bajado, en mi guia del 2010, pone 18. Estoy en una habitación con 5 camas, pero no vino nadie mas. De peregrinos quiero decir, pues el albergue acoje también a otros colectivos, parece que hay un grupo de discapacitados de vacaciones, y también funciona como albergue juvenil y para vagabundos. 
Al medio día salí a comer, me metí en el primer restaurante que encontre, que es precisamente el que hay a la entrada de la ciudad, La Granja Jardín. Después me contaron que es de unos familiares de un famoso futbolista. Despues volví al albergue y estuve descansado. Escuchando la radio y leyendo Los Vagabundos del Dharma. Me la baje de internet, una novela mas que apropiada para este viaje, yo también soy un vagabundo del Dharma, seguro que en mi anterior reencarnación fuí un beatnick.
Sobre las 18, salí a recorrer la ciudad y hacer unas cuantas fotos.
Lo primero que llama la atención al entrar a Tarrega, es una guapa mujer en silla de ruedas en la calle mayor, creía que sería de la ONCE, pero no parece que venda nada. Hay gente que le gusta vivir la calle. Yo me aburriria de ver pasar gente y hablar tribialidades. Yo me aburro de todo. Tarrega tiene muchas casas antiguas y pintorescas. Algunas plazas acondicionadas como teatros, para el festival de teatro que se celebra aquí cada año. Banderas independentistas, como por toda Cataluña.
Me encontre una moneda de 5 céntimos, que no quise agacharme a recojer. Justo los cinco céntimos que luego me faltarón para pagar una caña en un bar con wifi en el que paré. La camarera de todos modos me los perdonó.
Mande una foto al Facebook, pero pocas respuestas obtuve. Solo parece seguirme Eloy. Pero en todo las ganas de conectarte se pierden a lo largo de camino. La vida virtual  pierde su atractivo cuando empiezas a vivir de verdad, aunque solo sea andando por ahí. Si vuelvo, no me llevaré la tablet.

OCTAVA JORNADA
De Tarrega a Castellnou de Seana (9 de agosto del 2014)

He dormido estupendamente, hasta las 5 y todo. Me he afeitado, he hecho la mochila. Y he bajado a recepción, no había nadie, pero de todos modos hasta las 6:30 no se puede salir porque no hay luz.
Me sente y al poco apareció una empleada, la encargada de la noche, mitad enfermera, mitad cocinera. Pues también prepara los desayunos. Me ha hecho un café estupendo y tras despedirme d la amable señora, he salido de Tarrega rumbo a Castellnou de Seana.
La salida de Tárrega es mala, por lo menos hasta Vilagrassa, pues discurre por carretera, entre fábricas diversas, como la de Borges.
Pasada Vilagrassa, ya la ruta discurre por caminos rurales, mayormente sin asfaltar. Al poco se llega a Anglesola, donde he hecho un par de fotos a la Iglesia
y a la plaza de Santa Ana, en un bar de la cual he amorzado una tortilla de patatas con una cerveza sin alcohol. He wificado un poco y salido rapidamente para aprovechar la mañana.
La salida de Anglesola es idílica, entre campos de regadio, maiz y frutales. Sobre todo manzanos.
Llegue al canal de Urgell, lleno de agua con una corriente muy fuerte.
Ni pensar en bañarse en él, sería una muerte segura. Este canal es el responsable de toda la riqueza de la zona. Ahora amenazada por el boicot ruso.
Se camina un tramo junto al canal y luego se encamina uno a traves de pistas rurales durante varios kilometros que el sol y el calor parecen alargar.
Hasta llegar agotado a Castellnou de Seana.
Me dirijí al ayuntamiento, y un oficinista me indico la dirección del Café Modern, los dueños del establecimiento se encargan de todo el tema de los peregrinos.
La amable camarera, Rosa, me hace entrega de las llaves del albergue y casualmente allí estaba el encargado del mantenimiento, en Josep, quien se ofrece a acercarme en su furgoneta.
El refugio es el vestuario de una especie de polideportivo, nada una pista de baloncesto, otra de tenis y otra de una especie de bolos que se juega en este pueblo. Tiene hasta 8 camas en cuatro literas. No está nada mal, salvo por el calor. Problema que al llegar la noche desaparecería. Hay una hucha para dejar la voluntad, meto 5 euros.
Me ducho vestido como es ya mi costumbre. Y salgo a por provisiones, las cosabidas, agua, leche y galletas.   A la una me acerco al Moderno para comer. Abundante y barato. Y de regalo un trozo de carne de membrillo que dan a todos los peregrinos. Me lo dice en catalán, pero a pesar de las veces que me lo repitió, no se me queda, me parece que es algo así como "codonyella". También tienen un libro de firmas para peregrinos, repaso unas cuantas, pero no se me ocurre nada ocurrente, así que agradezco la acojida y poco mas... mas adelante se me ocurrio que podría haber hecho un haiku. Antes de marchar me avisa que viene otro peregrino en camino.
Llego justo cuando estaba cagando, por fin se había acabado el estreñimiento. El nuevo, se llamaba José Ramón, de origen dominicano, mulato, alto. Peregrino de los que llamo "los atletas", frente a "los paseantes o arrastrados"  como yo. Van a toda pastilla y se toma el peregrinaje como un reto deportivo. Es de Hospitalet y dice que ha rebasado a otro que viene detrás.
A las 16:05, llega el segundo peregrino, el Josep. Otro atleta, aunque mas lento que Jose Ramón.
El José Ramón se va a la piscina y nos quedamos el Josep y yo como guardianes del albergue. Se presento un señor preguntando cosas sobre el camino de Santiago, parece que quiere hacerlo. Yo le informo de lo que se, pero le remito al café Modern, que seguramente saben mas cosas que yo. Lo que hace.
A las 6 vuelvo al bar, pero no está la rosa, ni el otro chico que se encargan de los peregrinos, solo unos cuantos lugareños que están a la suya, así que tomo una cerveza, leo el periódico un poco y vuelvo al refugio. Compro unos helados para los compañeros, pero el José Ramón no ha vuelto y me como el suyo y el mio. Cenado.
Al cabo se presenta José Ramón, viene acompañado de otro peregrino. Un ciclista, no recuerdo su nombre. Iba completamente equipado, así ya se puede, pero no acaba de convencerme hacer el camino en bicicleta. Pierde autenticidad. Y allí pasamos la tarde hablando de nuestras cosas, ellos sintonizan mejor porque son jovenes, pero en fin me acoplo como puedo.
Mas tarde llego el señor del bar, le trae la cena al ciclista, hacemos unas bromas, hechamos unas fotos. La zona del albergue es el lugar de reunión de un grupito de adolescentes del pueblo. No fueron muy molestos, pero se hicieron notar hasta última hora. Y eso que sobre las once se desato una tormenta tremenda, pero que sin embargo refresco el ambiente, y pudimos dormir bastante bien.


NOVENA ETAPA
De Castellnou de Seana al Alcoletge (9 de agosto del 2014)

Me despierto a las 4. Los demás dormían. Se me ocurre que como había Luna llena podría adelantar en el camino. Así que sigilosamente saque todas mis cosas y me marche sin despertar a nadie.
Todo iba bien hasta que salí del pueblo. La Luna se había puesto y era imposible orientarse. Así que volví sobre mis pasos. En el albergue la gente todavía dormía, así que me sente en el porche hasta que esclareció, que no fue hasta las 6:15.
El camino ha sido muy parecido a los anteriores, caminos agricolas bordeados de maizales y frutales. De vez en cuando una granja de cerdos ponía una nota de olor en el ambiente. También vi una gran central fotovoltaica.
La primera parada fue en Palau de Anglesola, para almorzar en un puesto que, tal como dijo la dueña era de todo un poco. Bar, cafetería, quiosca y videoclub.
Un bocadillo de jamón sabrosisimo. Estamos en tierras de cerdos. Charlé con otra experegrina ¿Quien en España no habrá ido o intentado ir a Santiago?
A la salida del pueblo vi a lo lejos a José Ramón, iba lanzado. Le llamé pero no me oyó, seguramente llevaba los cascos puestos...imposible alcanzarle.
Llegue bastante entero a Bell-lLoc. Prometiendomelas felices. Pero el ayuntamiento estaba cerrado porque era sábado, y por lo tanto no había albergue. Tampoco hostales ni pensiones. ¿Que hacer? Pense en cojer el autobus hasta Lerida. Hacerme un poco de trampa. Llame al albergue de Lerida, pero no contestaba nadie. Bueno quedaba la opción de las pensiones y hostales.
Al final pense que solo tardaría en llegar 4 horas a pie, y al ver que estaba un poco nublado pense que era viable intentarlo.
Pero el Sol, iba y venía entre las nubes, y cuando salía, se levantaba un vahido sofocante desde el suelo demoledor. Buscando sobras para ir parando por el camino ¡No había ninguna! El camino se hizo agotador. Así que cuando vi un cartel donde anunciaban un albergue en Alcoletge, un pueblo que no está en la ruta propiamente dicha, sino a un kilometro y medio, vi el cielo abierto. Me costo llegar a Alcoletge dios y ayuda. Caí debajo de la sombra de un árbol, justo a la entrada, reuniendo fuerzas para los últimos metros.
Al llegar al albergue, lo encuentro cerrado. Hay un número de teléfono, pero no contesta nadie.
Ya resignado a mi destino leridano, me dispuse a comer en un restaurante que me recomendó la camarera del bar donde entre a tomar la consabida limonada. El restaurante Alborada. Comí de rechupete, pero lo que es mejor, la camarera contacto con la responsable del refugio y quedamos en la puerta.
Al poco llega Sonia, una chica jóven que me mostro el refugio. Un albergue de lujo, casi nuevo, y todavía en promoción por lo que es poco conocido. Iba a estar solo en lo que parecia un suite de hotel. Tenía de todo, cocina, lavadora-secadora, sala de televisión...etc. Dos habitaciones de 4 camas cada una. Todo por 8 euros, con sábanas 12.
Esta Sonia es también la encargada del museo local anexo. Centrado en la guerra civil, en concreto del Frente del Segre. Con la que quede a visitarlo a las 19 horas.
Tras asearme, zapear un poco en la televisión e ir de compras. A las 19 bajé al museo a visitarlo. El museo es pequeñito, la chica lo explica todo con mucho entusiasmo. Tiene el pueblo dos héroes locales a los que está dedicado el museo. Y en terminando la visita, subimos a la parte de atras, donde hay montada una exposición sobre los restos de las trincheras de la Guerra Civil, y donde el ayuntamiento ha hecho una especie de parque para ir a pasear y tomar el fresco. Allí encontramos a otros tres turistas que se unieron a la visita guiada. Nos hizimos unas fotos, algunas de las cuales la Sonia colocó en el Facebook del museo.
Mas tarde bajé al bar a tomar algo, y a las 10 ya estaba dormido.

DÉCIMA ETAPA
De Alcoletge a Lerida (10 de agosto del 2014)

Me he levantado temprano, poco antes de las 4. He estado desayunando, leche de soja y galletas. Arreglando la mochila. Me he deshecho del chaleco, no servía mas que para dar calor. También dejo la cantimplora, un engorro y un peso muerto. Me basta con la botella para llevar agua. He dejado el salchichón en la nevera. No me lo iba a comer, que lo aproveche otro peregrino.
Y he empezado a hacer vía, justo antes del amanecer. El trayecto se me ha hecho corto, solo eran 7 u 8 kilometros hasta Lerida.
Pero al llegar a la ciudad me he visto perdido. Suerte que en el primer bar que he entrado a tomar la consabida limonada, un señor me ha indicado que suba a la catedral vieja. Lo que no me dijo era como subir, y he dado mas vueltas que un tonto. Con lo fácil que es cojer un ascensor en la plaza de San Juan y luego otro a pocos metros, y en tres mínutos estas arriba. Así que he llegado exhausto. Me han puesto el sello y me han dado un plano con la ubicación del albergue. Tenía la opción de visitar el conjunto monumental gratis, pero con lo cansado que estaba declino el ofrecimiento. Dejandolo para la tarde, que no podría ser porque estaba cerrado. Luego me enteré que esa noche abrían para admirar la Luna llena. De todos modos no podría haber subido por la razones que explicaré mas tarde.
Cansado me dirijo al albergue, total para encontrarlo cerrado. Se ve que cierran los fines de semana, y también todo el mes de agosto. ¡Genial! Por suerte hay una pensión bien centrica y a buen precio en el mismo centro de Lerida. El Hostal Mundial. 25 euros con baño, 21 sin. Cojo el baño, y tras la ducha caigo exahusto en una profunda siesta.
Me despierto a la una, y salgo a comer. Busco un restaurante en Lerida, pero lo que se dice en el centro no encuentro ninguno, me alejo, cerca de la estación de autobuses me meto en un local que pone restaurante, pero que que ha conocido días mejores. Ahora lo lleva un chino, que me hace un plato combinado.
A mediodia, Lerida está muerta, solo se ven chicos negros jovenes. Temporeros y no temporeros de fiesta, parece que en Lerida hay una importante población de color. Compro las provisiones en una gasolinera. No hay tiendas de pakistanís en Lerida. Y me vuelvo al hostal.
A media tarde, la pequeña inflamación que había notado está mañana en el un lado del labio, se ha extendido a los dos labios, parece que me he siliconado, me duelen y parecen a punto de reventar. La maldita leche de soja. Le pregunto a recepcionista por el ambulatorio, y me dirijo a que me ponga una inyección de cortisona, pues no es la primera vez que me pasa. En el ambulatorio me atienden muy bien, y aunque no baja la inflamación, ya no me duele y parece que remite.
Me vuelvo al hostal, donde paso leyendo y mirando la televisión hasta que me duermo. A la mañana siguiente me entero que cerca del hostal, se ha liado una buena. Una mujer ha muerto en una explosión de gas.

UNDÉCIMA ETAPA
De Lérida a Hostal Cataluña-Aragón (11 de agosto del 2014)

Me despierto sobre las 4, como casi siempre. Me aseo un poco y hago la mochila. Como todavía es temprano me pongo las noticias, donde viene todo lo de la explosión de gas. Sobre las 6:15 salgo, dejo la llave en recepción e inicio la marcha.
Salir de Lérida ha sido fácil, solo hay que reseguir el rio Segre. Han hecho una pista que lo recorre, y también alarga el trayecto hasta Alcarras al menos 4 kilomentros. pero de ira  por la carretera a ir por el rio, no hay color.
Me encuentro a varios transeuntes, se que es un paseo popular para hacer un poco de ejercicio, a la manera del camino del colesterol pratense. También me adelanta una pareja de ciclistas que van a Santiago y con los que intercambio saludos.
El paseo por el rio es muy agradable, además no hace calor en absoluto. Pero si lo hiciera hay ricones donde uno se podría bañar en el mismo.
La llegada a Butsénit se produce casi sin darse cuenta. Allí hay un restaurante, pero está cerrado. Como algo junto a una fuente, y continuo la marcha. 
Salir de Butsénit, si que ha sido un poco complicado, la ruta está oculta tras unas malezas y no hay señal ni gente a la que preguntar. La encuentro casi por casualidad.
De Butsénit a Alcarraz, son caminos rurales, con los consabidos campos frutales, hasta el poligono industrial de Alcarraz. En el primer edificio el bar Cisco. Ideal para almorzar, lo que hago. Desde el bar llamo a la pensión de Alcarraz, está completa. Lógico estamos en plena temporada de recojida de la fruta. Con lo que tras el almuerzo, directamente me dirijo al hosta Cataluña-Aragón que está a unos cuatro kilometros de Alcarraz. Una hora entre frutales y despues un tramo de carretera. Pero aún puedes parar a medio camino en un bar de carretera para tomar una cocacola.
La habitación en el hostal vale 20 euros.  Allí mismo comí y cene. Y nada que hacer, pues es una parada de carretera. En frente hay un puticlub, pero no me va ese rollo.

DUODÉCIMA ETAPA
Del Cataluña-Aragón a Fraga (12 de agosto del 2014)

Me he levantado como es habitual a las 4. He estado haciendo tiempo, hasta las 6. La hora en que habría el restaurante, pero no han abierto. Lo hacen por fin a las 6:15. Bueno es igual, hasta las 7 no sale el Sol en esta parte de España.
Tras desayunar parto en lo que creía sería una etapa sencilla. Un paseo vamos. Pero ya en la primera rotonda me he equivocado. No estaba señalizado y he seguido recto, cuando debería haber tomado la pista de tierra de la izquierda. Me he adentrado en los campos de frutales mas de un kilómetro, hasta que preguntando a unos temporeros he salido de mi error, teniendo que dar marcha atras.
Tras volver a la rotonda y cojer la dirección correcta, el trayecto ha ido muy bien hasta el barrio de la Llitera donde he almorzado.
A la salida de dicho barrio hay un poligono idustrial fantasma. Estan las calles, estan los transformadores de la luz y las parcelas, pero solo hay una sola fábrica al final de mas de un kilometro de poligono fantasma. El ayuntamiento ha puesto un cartel señalizando una ruta para peregrinos que trancurre paralela al calle del poligono. El peregrino prefiere siempre pisar tierra a asfalto, pero en esta ocasión es mejor seguir por la calle del poligono, porque los carteles conducen a una explanada sin saber por donde seguir, mas que volver a al poligono, no sin antes pasar por una zona encharcada. Yo aprovecho para echar una cagada detras de un pozo. Uno de los pocos placeres del peregrino, cagar en el campo.
De vuelta a la carretera del poligono, encuentras una flecha amarilla medio borrada en una farola que indica ir a la izquierda por una carretera que sube monte arriba. Es una fuerte subida, la carretera discurre entre pinares, sin apenas tráfico. Por suerte luego viene la bajada. Desembocando en la Nacional II, pero no cal asustarse, solo son 200 metros, enseguida encontramos un desvio a la derecha para continuar campo traves. Llegando enseguida a las afueras de Fraga.
En el primer bar he parado, el bar CAMSA, para tomar la consabida limonada. Sin duda la mejor bebida para el sediento peregrino.
Mas adelante pasas por el cementerio, cruzas la carretera por un puente peatonal de diseño, estilo calatraveño, y encaras una calle cuesta abajo que te deja en el paseo de Barrón, allí mismo está el ayuntamiento como amablemente me indica un paisano.
Había mercadillo, la gente se me queda mirando.
En el ayuntamiento me atiende un amable policia que me sella la credencial y me dice que el albergue está abarrotado por los temporeros de la fruta, pero que la parroquia provee de un alajamiento alternativo en un camping cercano. Me indica la iglesia y allí me dirijo.
Pero la iglesia está cerrada, y el camping seguramente lejos. Así que opto por buscar una pensión, por suerte en el mismo paseo Barrón está la oficina de turismo, y la chica me da un plano con las posibles pensiones. Las pensiones están en la parte nueva de la ciudad.
Fraga es una ciudad muy pintoresca, de aspecto medieval, con interesantes callejuelas que serpentean por una colina. Pero ¡ahi! está muy mal cuidada, los que han podido se han ido a los pisos nuevos del ensanche al otro lado del rio Cinca. Y la vieja ciudad se deteriora poco a poco.
Me alojo en la pensión Oller, muy barata 16 euros. Baño exterior. Allí mismo como, pues disponen de restaurante, por 5 euros mas.
Tras la siesta salgo a por provisiones y visitar la ciudad.
La noche la pase fatal, la habitación apenas tiene ventilación y hace mucho calor, al final tengo que dejar la puerta abierta para no asfixiarme. No hay nadie en esa planta.

DÉCIMO TERCERA ETAPA
De Fraga a Candasnos (13 de agosto del 2014)

Salgo de Fraga. Al final de la avenida Aragón hay una cafetería-panadería. Aproveche para desayunar fuerte. Me haría falta.
Al poco el camino se vuelve en un trecho para cabras, esta muy deteriorado. Es la subida a los Monegros, todo cuesta arriba y con un viento en contra demoledor.
Hace frio, molesto, pero mucho mejor que el calor. Caundo ya estoy casi arriba me encuentro con un grupo de peregrinos que bajan, no son el camino de Santiago, sino de otra ruta que llaman de San Ignacio. O sea gente del Opus. Nos damos animos mutuamente y cada cual sigue su ruta.
Una vez arriba me encuentro en el paramo de los monegros, todo llano y con campos de secano.
Paso por el Ventorrillo, un antiguo bar abandonado. Hay varias edificaciones también en ruinas, pero que en un momento dado puden servir para pernoctar bajo techo. Y a hora y media esta la Venta del Rey, un restaurante-gasolinera de carretera, donde me rehago con un copioso almuerzo.
De la Venta del Rey a Candasnos hay poco mas de 4 horas, sobre terreno llano, y como está nublado no hace mucho calor. En Candasnos cojo una habitación en el hostal El Pilar, la otra está cerrada por vacaciones. Me ducho, lavo la ropa y tras una pequeña siesta, salgo a ver el pueblo y comprar alguna cosilla. Todo cerrado, el pueblo son 4 casas y una iglesia.
Hay una familia francesa con bicicletas pro el pueblo, despues me dijo el del bar que también son peregrinos.También hay piscina, pero es una opción desechable, no se porque me traje el bañador. El bar-hostal, cierra a las 18:30 y me he quedado fuera. Para hacer tiempo me meto en un bar a tomar una cerveza.
Cuando abre el restaurante algo una merienda cena. Entra otro peregrino en bicicleta, le pregunto se ha visto al alguno de los caminates. Y me dice que no. Vuelvo a la habitación.

DÉCIMO CUARTA ETAPA
De Candasnos a Bujaraloz (14 de agosto del 2014)

Duermo muy mal, me despierto constatemente y tengo frío. A las 4 como siempre, me levanto por fin. Rehago la mochila y me vuelvo a acostar. Pero no cojo sueño, así que aprovechando que el camino está bastante claro al menos hasta la Fuente del Gallego. Salgo a eso de las 5:30. Una caminata nocturna a la luz de la Luna y con la ayuda de la linterna. Llevo la chaqueta de plastico, aun así hace frío.
El camino bien, al menos hasta la Fuente del Gallego, un merendero al borde de la carretera. La fuente no tiene agua por cierto.
¿Atención! Despues viene la trampa. La guia aconseja que los ciclistas no sigan por la ruta marcada. Pues los peatones tampoco deverían. Es una zona encharcada y llena de maleza. Salgo de la misma con los pies y las zapatillas todas mojadas y embarradas.
Sobre las 8:30 llego a Peñalba, un pueblo muy bonito. Me ha gustado. Al entrar a la derecha se ve un bar que tiene buena pinta. No os acerquéis, no hacen almuerzos, aunque si podréis tomar un café o algún refresco. Yo me tomo un café con leche y unas magdalenas. El dueño muy seco, antipático, a lo mejor creería que no le iba a pagar por la pinta que gastaba.
Me acerco a la iglesia para hacer una foto.
Al lado hay un puesto de frutas. Compro un par de peras que me como a modo de almuerzo. Me despido de la frutera, muy simpática y salgo del pueblo por la carretera de Caspe.
En un pinar paro para mear, echarme crema solar y cambiarme los calcetines embarrados. Me desinfecto los pies con alcohol. Me quito la chaqueta, a pesar de todo sigue haciendo bastante fresco.
A unos 4 kilométros de Bujaraloz, me alcanza la familia francesa que vimos en Candasnos. Hablan español y estambos intercambiando información durante un rato. Nos hacemos fotos, aunque yo no hice ninguna para mi, por no sacar la tablet que llevo en la mochila. Ellos no piensan quedarse en Bujaraloz, sino continuar hasta Pina de Ebro. No tienen problemas de alojamiento, pues cargan con una tienda en las bicicletas. Muy simpaticos, pero un tanto inconscientes, cargar con tres niños por estos caminos de dios. Muchos de los tramos son por carretera y otros francamente peligrosos, como el trayecto de Fraga a Candasnos.
Los últimos kilomentros a Bujaraloz transcurre entre campos de maiz. Se ve que han hecho algún plan de regadios nuevo que le da nueva properidad al pueblo. Al cual llego supercansado, tanto que paso de buscar el Hostal Español que es el que aconseja la guía, y me meto en el primero que encuentro. La Parrilla.
Este hostal es un poco mas caro, la habitación sale a 25 euros, y la comida a 17. Funciona mas como restaurante que como hostal. Abré tarde, y solo abre a la hora de las comidas y las cenas. Con todo como bien. Aunque la jefa es un poco seca. Una auténtica sargento. Muy profesional eso si, tal vez algún headhunters debería pasarse por allí y ficharla para llevar algún hotel importante. Es mucho mejor el hostal Español. Esta abierto las 24 horas y hay mas ambiente.
Después de comer me retiro a descansar. Me duelen los pies y tengo una pequeña inflamación en el ojo izquierdo que me hace bizquear un poco.
Descanso hasta las 18, y después salgo a visitar el pueblo, comprar agua, leche y chocolate. Y también necesito una camiseta, la blanca que llevo esta supersucia, y es inlavable sin lejía. Aunque no encuentro ninguna tienda de ropa. Aunque me aseguran que la hay, mas no la hayo.
Me retiro pronto, pues mañana es la etapa reina. Los 40 y tantos kilometros entre Bujaranoz y Fuentes del Ebro.

DÉCIMO QUINTA ETAPA
De Bujaraloz hasta Pina de Ebro (15 de agosto del 2014)

Salgo poco antes del amanecer. Doy con el hostal Español que está abierto y aprovecho para desayunar. El camarero me indica por donde he de seguir, que no es por detras del hostal como dice la guía, sino por el camino paralelo a la carretera que hay enfrente.
La primera parada es en la ermita de San Jorge, lugar donde los lugareños harán sus romerias. Hay una caseta para lavabos, pero está cerrada. Cago detrás.

Pronto me adentro en los Monegros, sin novedad durante los primeros 9 kilomentros. Por caminos de tierra entre barbechos y campos de trigo recien segados.
Estoy deseando llegar al Hostal el Ciervo, para descansar y almorzar.
Pero el hostal está cerrado. Se ve que desde hace mucho tiempo. Arruinado por la autovía. Por suerte la gasolinera de al lado tiene una pequeña tienda donde compro una ensaladilla enlatada. Y sentado en las escalinatas de El Ciervo me la como. Tras descansar unos minútos me vuelvo a poner en marcha, camino de la Venta de Santa Lucía, donde pensaba tomar una buena comida y echar la siesta en algún ricón de por allí.
Desgraciadamente la Venta de Santa Lucia también está cerrada. Se ve que cierran los fines de semana y los festivos. Me siento a la sombra, a comerme las galletas y el chocolate que llevo, que después junto a la ensaladilla me sentaría regular. Descanso un poco a la sombra. Sopeso quedarme allí y hacer noche. Pero una vez mas sobrevaloro mis fuerzas y me arranco al camino.
Al poco todas las nubes a desaparecido y empieza a caer un sol de justicia. Empiezo a sentirme mal , la ensaladilla y el chocolate no han hecho buenas migas. Estoy verdaderamente agotado, por suerte veo una especie de cabaña de pastor con la puerta abierta. Me acerco, está abandonada desde hace mucho tiempo, esta sucia, pero no hay cagadas de ovejas. Así que me acomodo en una piedra, usando la mochila de cojín. Allí paso mas de media hora, e incluso doy alguna cabezada. Esta cabaña de piedra está muy bien, lastima que nadie se cuide de limpiarla y acondicionarla, al menos para los peregrinos que pasamos por allí. A ver si algún organismo público de turismo se acerca por allí y la acondiciona un poco.
Como veo que empieza a soplar un viento refrescante decido salir y continuar. Pero nada mas salir para y quedo a merced del Sol abrasador. Durante el trayecto pienso en mil cosas. Como cojer el tren en Pina y abandonar. Al final me decido continuar al menos hasta Zaragoza, abandonando toda pretensión de llegar a Logroño.
Me entran ganas de cagar, así que busco un rincón discreto para hacer mis necesidades, una tontería pues no hay nadie en kilomentros a la redonda. En acabando me llama mi madre y me pregunta que donde estoy, si le digo la verdad, llama al 112. Así que le digo que cagando. Es el sino de peregrino, caminar, comer y cagar.
Parece que Pina no llega nunca. Por fin la veo allá a lo lejos, pero desde que se atisba hasta que llego es un auténtico infierno. Me voy metiendo en todas las sombras que encuentro a descansar unos minutos. Y seguir, camina o revienta, como decia el Lute.
Cuando llego a Pina, apenas siento los pies. La guía dice que no hay pensión en Pina, pero confio que en cinco años hayan abierto alguna. Al llegar a Pina solo veo chalecitos y casas adosadas. Una casa de esas en Barcelona o el Prat vale una millonada, pero en los pueblos cualquier mileurista se la puede permitir. Que rabia y que estafa.
Por fin encuentro un bar, pido un refresco y pregunto si hay alguna pensión en el pueblo. ¡Justo al lado! pero mi gozo en un pueblo, está llena a causa de las fiestas que se están celebrando. La dueña me aconseja que vaya al parque y acampe. Lo que hago. El parque está justo al lado del centro del pueblo, donde han puesto unas vallas para soltar vaquillas. En el parque enseguida veo que no puedo quedarme, hay unos sudamericanos con un altavoz a toda pastilla en el coche con música de su país. También hay mosquitos. Entoces decido que lo que voy a hacer es cojer un taxi, hasta Fuentes del Ebro.
Entro en un bar a comer algo, y le pregunto al camarero por los taxis, me consigue el número de uno. Salgo a llamar, pero justo entonces me interpelan unos jovenes que están en una terraza. A los que cuento mis cuitas de peregrino desperegrinado. Me dicen que la iglesia acoje a los peregrinos en un albergue. La iglesia está enfrente y está abierta, cosa rara, pues no he encontrado ninguna iglesia abierta en todo el camino. La causa de que este abierta es porque unas feligresas están arreglando el altar de un santo ¡¡Santiago!! No podría ser otro, es un verdadero milagro. Estas señoras muy amablemente llaman al encargado del albergue y me sellan la credencial. fabuloso
Al poco se presenta Julian, el encargado del albergue, y un autentico santo también. El albergue funciona porque el mismo se ha empeñado. Y por casualidad, ya que hace unos años acojío a un peregrino italiano que se había jodido el pie en los Monegros. De ahí partio la idea de abrir el albergue, que es una casa del ayuntamiento, que usaban los maestros destinados en el pueblo. Y ahora hacía las veces de albergue y sede de una asociación de cazadores.
Este albergue lo financia solo el tal Julian, sin la ayuda del ayuntamiento, ni la parroquia. El lo limpia, cambia las sabanas y hace el mantenimiento. Con todo hay una pequeña bandeja con monedas, supongo que para dejar alguna ayuda. Dejo 4 euros.
Los Monegros me han dejado hecho polvo, apenas puedo arrastrame a comprar algo de agua para mañana y resto en la cama toda la tarde y noche. Termino la novela Los vagabundos del Dharma. Tendría que practicar eso de la meditación, aunque pienso que el viaje mas que despertame a la conciencia cósmica me está dejando un poco atontado.

DÉCIMO SEXTA ETAPA
De Pina de Ebro a Fuentes del Ebro

He dormido como un lirón en el albergue del Julian. Me he despertado sobre las 5. Y tras recojerlo todo, he salido a la busqueda de algún lugar para desayunar. Lo primero que me encuentro es una maquina de vending, y aprovecho para sacar una pasta, por si acaso. Desde la plaza se oye que la fiesta continua, precisamente en el parque en el que iba a pasar la noche. Hay música a toda pastilla, y numerosos jovenes deambulando por ahí. También hay un bar abierto, aprovecho para tomar un café con leche, aunque lo que verdaderamente me apetecería sería un chocolate con churros, pero estas costumbres no han llegado a Aragón.
En cuanto se hace la luz, me encamino. La salida del pueblo está justamente en un puente sobre el rio Ebro.
Solo eran 11 kilometros hasta Fuentes. Pero el camino, lleno de piedras y con un callo en el pie izquierdo lo ha dificultado un poco.
Tube que parar a ponerme una tirita alcolchada, que alivió un poco el dolor.
Con todo la entrada en Fuentes del Ebro es muy agradable, hay muchos arboles al borde del camino que dan buena sombra, y siguiendo las flechas amarillas enseguida he dado con la pensión Texas, que recomienda la guia. Desgraciadamente estaba cerrada. Luego me entearia que abren mas tarde. Pregunto por la Texas II, que está en las afueras, pero no muy lejos. Este es de un poco mas de catergoría es un hostal y por lo tanto mas caro. 25 euros. Pero está muy bien, todo de diseño, podría pasar por un hotel de 3 estrellas, pero supongo que se mantiene como hostal porque no hay clientes suficientes para un hotel.
Tras la ducha salgo a comprar provisiones y la camiseta. Encuentro una que está bastante bien por 6 euros. También compro un peine, pues he perdido el que llevaba.
Vuelvo al hostal, que por suerte tiene wifi y me entretengo con el facebook un rato, hasta la hora de comer. Bajo un poco asustado, pues pienso que con tanto diseño me van a clavar. Pero solo me cuesta 12 euros.
Ya me subo a la habitación a reparar los pies y ver la televisión. A ver si mejora el callo, no son muchos los kilometros que me faltan, pero no las tengo todas conmigo. 

DÉCIMO SEPTIMA ETAPA
De Fuentes del Ebro a Zaragoza

Me levanto temprano, como siempre. El camino es de piedras, el peor para mi callo. Con todo llego facilmente a Burgo de Ebro. Un pueblo que también está en fiestas. Toda la calle mayor esta enrejada, preparada para la suelta de vaquillas, deambulando por el pueblo, buscando un lugar para almorzar, tropiezo con el hostal Danae. Allí me como una hamburguesa y estoy tentado de quedarme, pero quiero acabar hoy mismo el viaje y desisto.
La salida del pueblo es justamente por la carretera que lo atraviesa, a pocos metros ya hay una pista señalizada para los peregrinos. Que  trancurre paralela a la autovía, justo a la derecha en una hondonada hay un parque natural, Los Galachos del Ebro. ¡Cuanto mejor si el camino discurriera por ahí! Pero en fin.
No tengo ocasión de recrearme con el paisaje, el pie me duele y encima al caminar forzado se me ha producido un tirón en la pantorrilla. Lo riego con reflex, pero está claro que no voy a poder llegar a Zaragoza andando. Mi idea es llegar hasta La Cartuja y cojer un autobus hasta la ciudad. No puedo correr el riesgo de que se me produzca un esguince y tenga que cojer la baja durante meses.
Paso por delante de una especie de granja grande, veo salir a una niña de unas caballerizas. Jo, que suerte tiene de pasar las vacaciones en un lugar así. Pero yo mismo pasaba los veranos en un sitio parecido, pues mis abuelos eran guardeses de un  pequeño cortijo de unos ricos del pueblo. Aunque había burros, mulas y un impresionante mulo. No eran animales de recreo sino para trabajar. No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde.
Llego a la Cartuja, impresionante conjunto arquitectónico, pero por culpa del pie no puedo visitar. Directamente pregunto por la parada del autobus, y enseguida llego a Zaragoza. Allí el ultramoderno y según dicen ultradeficitario trambia me deja en el Pilar. Donde hago la foto de rigor.
Y doy por terminada la aventura por este año. Todavía camino de la estación tropiezo con el albergue de peregrinos y aprovecho para pedir que me sellen la credencial.
El año que viene probablemente continuaremos. Aunque no lo tomaremos con mas calma. Nada de trayectos largos. Caminar por la mañana y visitar pueblos por la tarde. Hacer mas vida social, preguntar cosas a la gente. Desde luego ir solo es una desventaja, esperaba encontrar compañeros en el trayecto. Pero este tramo es poco transitado. Con todo y a pesar de las penalidades, ha sido un buen desenganche de la rutina que llevaba, acabé lesionado, cansado, pero también muy relajado.

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho. Lo cuentas con detalle y al mismo tiempo con sencillez, llanamente, pero interesante.
    De tu experiencia se desprende que el tema de los albergues está bastante dejado; que esta ruta sea poco transitada no es excusa. Y que las iglesias estén siempre cerradas... ¡La Casa del Señor cerrada a cal y a canto! Increíble pero cierto, hace años que sólo veo una iglesia abierta cuando voy a una boda o comunión, si no, cerradas. Algunas, en mi barrio, ni siquiera hacen misa los domingos y una de ellas de construcción reciente, parece un búnker, ni siquiera puedes acercarte a la puerta porque está vallada de acero metros antes. Al lado, en el mismo edificio, tienen oficinas, pero también están cerradas y vacías. La flamante Cáritas tiene un cartel anunciando dos días a la semana y horario para... ¡telefonear! Pues les deben haber cortado el teléfono, porque alguien estuvo llamando por mí y ni flores, ni los días y horario indicados, ni ningún otro.

    Sobre la carne de membrillo, es CODONYAT. El membrillo se llama codony y el dulce preparado con él, codonyat.

    Espero que la siguiente aventura te sea más propicia en cuanto a salud. Y sí, ahora lo has planeado mejor, caminar por la mañana y dedicar la tarde a visitar el lugar de turno y hablar con los lugareños. Es un camino que debe saborearse, no hacerlo como la obligación de llegar cuanto antes.

    ¡Suerte!

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