La secesión de Cataluña

Mientras la crisis económica y la corrupción política asolan el país, un nuevo frente se le acaba de abrir a la nación, marcando el declive de España. La inminente secesión de Cataluña.
Ayer mismo una encuesta de El Periódico indicaba que el 48 % de los catalanes votarian SI, en un referendum sobre la independencia. Lejos de 19% del año pasado, e incluso el 35% de solo hace unos meses aparecido en el diario La Vanguardia.
De nada sirve la promesa de lider político nacionalista Artur Mas de que no va a convocar dicho referendum en los próximos cuatro años. Huele a promesa política, o sea falsa , de cara a un posible pacto postelectoral. Habría que verlo en posesión de una mayoría absoluta o aliado de Esquerra Republicana.
Aunque a poca gente podría importarle a estas alturas las historias catalanas e incluso podría considerar un alivio librase de estos pesados. La realidad es que España y Cataluña constituyen una extraña pareja simbiótica condenada a convivir. Y la secesión unilateral por parte de esta peculiar región podría ponernos ante un escenario bélico inevitable a los pocos años de su consecución. Como ya ha pasado reiteradamente.
Es hora que los dos partidos mayoritarios de España, PP y PSOE acaben con el error nacionalista y autonómico. Una reforma, o mejor un golpe constitucional que deje claro los limites de toda veleidad separistas se impone urgentemente sino queremos vernos en el horizonte del 2014 con una situación parecida a la de Kirguistan. Con miles y miles de ciudadanos españoles y catalanes con la cabeza partida y el cuerpo ensangrentado a machetazos. Millones de refugiados y de mujeres salvajemente violadas.