
Alucinante el reportaje de El Mundo, sobre la desgraciada muerte del montañero Tolo Calafat en el Anapurna. Relatado por la doctora de la expedición María Antonia Nerin.
Lo que se nos había contado de que los sherpas a los que querían pagar 6.000 euros para llevar comida, agua, oxigeno y otros pertrechos acababan de bajar y estaban agotados. No era verdad. Había montañeros sherpas y supongo que también coreanos, completamente frescos a los que se pidió ayuda. Incompresiblemente estos se negaron.
Es de suponer para no perderse la celebración del triunfo de su compatriota Miss Oh, la primera mujer que ha coronado todos los ochomiles del planeta.
También relata que una cuerda que habían dejado para facilitar la bajada había desaparecido, causando el retraso fatal. Por allí solo andaban los coreanos.
Oiga, homicidio y omisión del deber de auxilio, creo que todo eso debería de investigarlo un tribunal.
Pero en general, el mundo del montañismo apesta. No solo porque era la actividad preferida de los nazis y otras nacionalistas. Como el primer español que subió al Everest, ¿Sabe usted su nombre? No porque era un poco etarra, o etarra del todo. No le vamos a dar publicidad aquí. A tenor del escándalo que se monto por la bandera de la serpiente y el hacha en la cima del monte, La Caixa monto y financio una expedición al Everest, coronado por Oscar Codiach.
Tanto el uno como el otro se tropezarían con los casi 200 muertos que jalonan la ladera de la montaña sin que nadie se digne de ir a recogerlos. La gente pasa por delante sin inmutarse, ahora que están muertos, pero también cuando estaban agonizando. Algunos se ve que agonizaron durante días, como cuenta este terrible reportaje:http://jose.gs/por-que-se-dice-que-el-everest-se-ha-convertido-en-un-circo/
Un deporte absurdo y letal. Lejos del idealismo que pudiera pensarse de la vida en la naturaleza y el aire puro de las altas montañas.
Alguna vez yo fui un poco loco, solo un poco.
ResponderEliminarTengo conocidos que duermen en el hielo su sueño eterno, cerca de un ochomil.
Nunca los entendí, descansen en paz
Darío
He oído versiones opuestas; en fin, El Mundo siempre ha tenido su manera de ver el mundo.
ResponderEliminar¡Abrazos!
Lo que comentas es inexacto, Jesús.
ResponderEliminarOiarzabal acusó a Oh de negarle ayuda y de haber retirado sus cuerdas, pero luego tuvo que disculparse.
En primer lugar, no se retiró ninguna cuerda. Y sobre los sherpas de Oh, que son a los que se pidió ayuda, se negaron a pesar de los 6.000 euros por cabeza porque consideraron que no podían bajar al montañero, que era tarea inútil y lo más probable era que muriesen ellos.
Oh fue acusada injustamente porque aunque los sherpas estuviesen a su servicio, no podía obligarles a arriesgar su vida.
Tenía a dos más de refresco, pero mucho más abajo, en otro campamento y dos tampoco eran suficientes.
Siento la muerte de Tolo, como la de cualquier persona, pero quien se dedica a arriesgar su vida inútilmente ya sabe lo que le puede pasar.
Que Oiarzabal, como compañero y amigo intentase rescatarle como fuese, es normal, pero esto no le da derecho a calumniar.
La vida en la naturaleza es dura. Mucha gente piensa que es ir un fin de semana o un domingo al campo. La idealización de la naturaleza es propia de la gente que vive en grandes ciudades.
ResponderEliminarDe todos modos, los que hacen montañismo de altura ya saben a lo que se arriesgan o deberían saberlo. Pasa como con las guerras. Como decía uno, si las guerras no fueran espantosas, estaríamos siempre en guerra. Pues con el montañismo pasa lo mismo.