La cueva del diablo

Tras las revelaciones que trae hoy El Mundo sobre el inefable Marcinkus, responsable de las finanzas de la iglesia y factotum del Vaticano, uno no puede por menos pensar que clase de pozo de iniquinades no encierra las sacrosantas paredes vaticanas.
Este mafioso, porque eso es lo que era. Dedicado a blanquear dinero de la Mafia, aparece implicado en el secuestro y asesinato de una joven, hija de un funcionario del Vaticano. A partir de ahí todo es posible. El asesinato de Calvi, director del Banca Ambrosiana, pero también de la muerte de Juan Pablo I. Muerte nunca aclarada y si muy tapada, por el Vaticano y por su sucesor, Juan Pablo II. Lo que lo convierte a Su Santidad en complice de asesinato.
Juan Pablo II se confirmaría así como una de los personajes mas siniestros del siglo XX, a la par con Hitler y Stalin. Porque aparte de este crimen,tiene a su haber la conspiración para acabar con la Unión Sovietica, codo a codo con la CIA. Lo que consiguió.
Pero la Unión Sovietica que destruyo Juan Pablo II, no erá la de Stalin, sino la de Gorvachov, una superpotencia que estaba evolucionando hacia posiciones socialdemócratas,y que con la ayuda inestimable del Vaticano ha acabado siendo el nido de mafiosos mas grande del planeta. Y cuya caída ha repercutido en toda las masas asalariadas y pobres de La Tierra, que sin un contrapoder que se opusiera al neoliberalismo caminan en el mejor de los casos a la esclavitud cuando no a la hambruna y la muerte. Todo obra del vicario de Cristo, que ojala se pudra en el infierno.
Complicidades que abarcan al actual patrón de la poltrona de San Pedro, el ex-sercretario general de la época Ratzinger.