Una vez fuí a Nueva York, y me meti en el Met, cual sería mi asombro al descubrir que el rostro pintadado en uno de los sarcófagos egipcios allí expuestos, era clavado a un campañero de trabajo. No es de extrañar, a estas alturas de la historia, seguro que todos tenemos algún antepasado egipcio. Al igual que hemos aspirado el aliento de Cesar, también algún gen egipcio corre por nuestras venas.
La Sala de Exposiciones Van Gogh os ofrece esta muestra de rostros humanos de hace miles de años, fijaos bien por si reconoceis a alguién.
Bueno...a mí...no me gustaría parecerme a uno de estos...jeje..aunque.....taría bueno..tener un antepasado así....quién te dice...por ahí'? jajaja
ResponderEliminarEstás hecho re internacional, Jesús!! jaja..que bueno por lo de tu cuadro!! Yo voy a poner el mío..y que me lo paguen eneuros...!!! jajajaj
Besotess!
Pues a mí no me hace ninguna ilusión que la cara pintada en un sarcófago se parezca a la mía, qué quieres que te diga....
ResponderEliminarPero vamos... si hay que parecerse se parece uno... pero parecerse pa ná