jueves, 3 de septiembre de 2015

16ª jornada. De Loarre a Sarsamarcuello

Viernes, 21 de agosto.
Duermo bastante bien, me despierto sobre las 7. Bea sigue durmiendo, no la despierto, pues la etapa para hoy es cortita, un mero paseo de 4 klms, hasta Sarsamarcuello. Una etapa que suponiamos tranquila pero que fue la mas complicada de todas.
Desayuno y veo la televisión hasta que se despierta Bea, sobre las 9. Recojemos todo y salimos a desayunar al bar Pola. Entregar las llaves y comprar mas provisiones en la panadería, agua, atún y sus sabrosas tortas.
Hubieramos llegado a Sarsamarcuello en poco mas de una hora, pero paramos a secar la ropa que aun estaba humeda a la sombra de unos arboles.
Al mediodia ya estabamos a las puertas de Sarsa, como lo llaman por allí a este pueblo.
Para entrar al pueblo hay que subir primero una empinada cuesta entre un pedregal.
Pero una vez llegados arriba, las flechas nos indican que el albergue está hacía abajo.
Desde allí llamo al teléfono indicado en la guia, pero ya no se encarga este señor. No obstante me indica la casa de la señora que lo lleva ahora. La señora Pilar, a pocos metros del albergue.
Una vez dejadas las cosas, salimos a comer algo al bar, que por suerte al estar en fiestas el pueblo, está abierto de día. Bea se come un bocadillo de anchoas y yo pido una pizza congelada (no tienen otra cosa) y una cerveza, que por cierto no estaba muy buena.
Por la tarde me noto un bulto en la lengua. No le doy mucha importancia, pero al poco sigue creciendo, y me temo que vuelvo a tener un ataque alérgico. No se la importancia que puede tener, pero al ser en la lengua me preocupa un poco. Así que decimos ir a un médico. Primero nos acercamos al bar a preguntar como hacen en este pueblo en estos casos, no hay nadie. Pero un vecino nos dice que hay que ir al pueblo cercano de Ayerbe donde esta el centro medico, a 7 kilometros. Hay que pedir un taxi. Aunque desconoce el número. Nos acercamos a la casa de la hospedera a ver si ella lo sabe, pero parece que no esta. Por suerte llegan unas chicas en coche que se han perdido y van a Loarre. Se ofrecen a acercarnos a Loarre.
En Loarre no hay centro médico, y aunque conseguimos el número del taxi en la hostal. No contexta.
Así que decidimos hacer autoestop, con la suerte que el primer coche que sale del pueblo, se dirige a Ayerbe. Es la magia del Camino. La condutora Marimar se ofrece amablemente a llevarnos, lo que le estaré eternamente agradecido. Nos deja en la misma puerta del centro de salud.
No hay nadie esperando por lo que me atienden enseguida. La doctora es una de las médicos mas guapas que haya visto jamás. Nada mas verla dan ganas de estar sano. Tras la correspondiente inyección de cortisona, salimos a Ayerbe a ver que hacemos.
Las opciones son volver al Sarsamarcuello andando, son 7 kms imposibles por la posible reaccion de la cortisona y porque Bea lleva las chanclas. Volver a hacer autoestop. Quedarnos en una pensión, comprar mañana unos zapatillas a Bea y volver al día siguiente. Por último intentamos de nuevo el taxi, oh suerte, contesta. El taxi nos lleva a Sarsa en poco tiempo y por solo 10€.
De vuelta en Sarsa, la hinchazón ha bajado bastante. En la puerta del albergue están montando el escenario para los conciertos, ya nos imaginamos que no vamos a pegar ojo otra vez. Pero curiosamente la música no estuvo muy alta durante la noche, y apenas nos molestó.
Estuvimos hablando con uno de los concejales del pueblo, sino fuera por la dura etapa de mañana, habríamos bajado a la fiesta a tomar unos cubatas y bailar la conga....es broma.
A las 2:30 me despierto para ir al lavabo, cuando noto que me da todo vueltas, estoy verderamente mareado. La cortisona ha reaccionado mal. El corazón me va a cien por hora. Me quedo en la cama intentando relajarme con ejercicios de meditación. Mucho me temo que esto puede ser el fin del viaje. Pienso que deberemos de abandonar, llamar de nuevo al taxi y que nos lleve hasta la estación mas cercana. Aunque tal como estoy no puedo ni montar en un coche, pues vomitaría seguro. Sobre las 6 despierto a Bea y le explico la situación.
De momento no podemos hacer otra cosa que descansar, y es lo que hacemos. Ya sobre las 9 de la mañana, veo que las pulsaciones han bajado a 72 y parece que siguen bajando, empiezo a encontrarme mejor. Parece que me recupero y decidimos continuar con nuestros planes. Planes que hemos cambiado. Pues vemos que no llegaremos hasta el martes a la estación de Jaca, donde deberíamos de empezar el regreso a Barcelona. Así que lo mejor es vover desde La Peña, eso nos daría el domingo para visitar Zaragoza, que no está en la ruta, pero que bien vale un visita. Mañana será nuestra última etapa en el Camino.

5 comentarios:

  1. ¡Fenomenal relato!, y no es un elogio protocolario, es que en verdad lo relata usted maravillosamente. Etapa crítica en donde las haya, su cuerpo funcionó mal pero el servicio de taxis funcionó mejor que el de Nueva York, añadiendo el detalle de la generosa conductora que les trasladó hasta Ayerbe, Marimar. La tradición hospitalaria de los pueblos se cumple en este episodio de su odisea caminera. Una etapilla de cuatro kilómetros, cortísima, pero llena de incidentes y sorpresas gratas. Yo también hice una etapa así de corta, no recuerdo si fueron cuatro o cinco kilómetros, cuesta arriba, entre Lumier e Izco, en Navarra. Sigo...

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  2. Hicimos esa etapa tan corta un compañero y yo, un hombre de 63 años, yo tenía entonces 47, por la razón de que estábamos muy cascados, el día anterior nos habiamos perdido por la montaña en una zona muy mal señalizada o nulamente señalizada, ya nos lo habían advertido. Llegamos a Lumier por la noche y yo a la mañana tuve que visitar el centro de salud por unas escoceduras terribles que no me dejaban. Era mi primer Camino, no estaba bien preparado y me ocurrió de todo. Sigo...

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  3. Jo, pues tiene su cosa que después de subir la empinada cuesta con pedregal tuviesen que retornar porque el albergue estaba abajo, jeje!, son cosas del Camino, yo me perdí varias veces también, la última en mi último Camino, el Primitivo, y me hice unos cuantos kilómetros extras. Cuando ya sea un experto caminante, le aconsejo el Primitivo. Es el más duro pero el más hermoso. Habla de que tuvieron que esperar para que se secase la ropa. Yo ya le dije que la ropa se va secando colgado con imperdibles en la mochila, es lo que hace todo el mundo. Pero bueno, eran cuatro kilometrillos y no tenían prisa. La jodienda fue lo del bulto en la lengua y todo lo que vino después. Tuvo usted una penultima etapa bastante incómoda, nos suele ocurrir a todos. Genial referencia a la doctora: "Nada más verla dan ganas de sentirse sano" Yo voy a poner la guinda: "¡O más enfermo!" jajajaja! Le seguiré leyendo y comentando, Don Jesús!!

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  4. Es facil relatar estas cosas, solo tienes que ir recordando con la ayuda del diario de campaña.Como volver a viajar.

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  5. Recordar es una cosa y saber contarlo otra, y usted lo cuenta muy bien. ¡Un abrazo!

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